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Lavrinovic lidera el paseo blanco

  • El Madrid hace sangre con el Baskonia

Las hordas baskonistas citadas en Bilbao superaban con la gorra a las madridistas. Triunfo en la grada de primeras. ¿De segundas? El Caja Laboral, sin Splitter, tenía en mente aprovechar las pocas vías de agua del equipo de Messina, flojo en los cuartos. Ese planteamiento lo pudo llevar a cabo Ivanovic en el primer cuarto guiado por San Emeterio y Barac, digno sustituto del brasileño.

El Real Madrid, un grupo excelso en el que si no juega uno bien, sale otro de tal calibre, se apoyó en Kaukenas en ese inicio de dominio alterno. Ese 18-17 para los alaveses tras 10 minutos de golpes intercalados, ese equilibrio en el duelo, desapareció en el segundo. Messina exprimió más atrás a sus jugadores, que provocaron nueve pérdidas al rival. El Baskonia, de repente, notó que sus ataques eran descoordinados, agotando la posesión en muchos de ellos por el talante defensivo de los blancos.

Teletovic estaba desatinado en el triple, acierto que sólo consiguió Barac para los vitorianos antes del descanso. El Madrid enchufó cinco, cuatro de ellos dolorosos: dos de Lavrinovic y otro par de Hansen. Y sin Splitter, el rebote era blanco inmaculado, con 11 capturas ofensivas. Así se entiende bien el 27-40 en el minuto 20.

Hay alma en el Baskonia, por supuesto, y jugando en 'casa' tenía que dejarse el corazón por llegar a la final. Luchó a tirones, logró canastas impresionantes como un triple de Teletovic, pero el Madrid cuenta con mil recursos, amén de la esforzada labor en la retaguardia. Inspiradísimo Kaukenas, Garbajosa colocó otro triple mortal para un 38-55 que no tapó la boca de los bulliciosos baskonistas, ilusionados por una remontada imposible sin Splitter, sin tiro y sin rebote.

Lavrinovic siguió ampliando su estelar estadística en el último cuarto y el antiguo Tau no asustó a un Real Madrid concentradísimo y sin miramientos para machacar a un rival muy inferior a las previsiones, aunque le faltara su principal figura. Messina y sus jugadores situaron a los capitalinos en la final con total justicia después de un repaso de cabo a rabo al Baskonia a partir del segundo cuarto hasta el final. El Caja Laboral, experto en la Copa en los últimos años, se olvidó del primer título grande del curso por incapacidad manifiesta frente a un rodillo.

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