El Málaga sumó su segunda derrota consecutiva y tercera de la temporada ante el Córdoba. Un equipo cordobés al que le bastó unas dosis de paciencia y la negligencia del juego malaguista para hacerse con la victoria. El equipo de Fernández, empeñado en hacer polivalentes a jugadores sin esas posibilidades, mostró nuevamente carencias notables en su juego en un campo estrecho y de dimensiones reducidas para la categoría.
No desagradó el inicio del encuentro. El Málaga imprimió un ritmo diferente al que tiene acostumbrados a sus aficionados. El Córdoba, con aires de buen equipo táctico, no se amilanó. El juego de los malaguistas se quedó en intenciones y con el paso de los minutos su bloqueo aumentó las posibilidades de victoria de un equipo cordobés serio y eficiente a la caza de una oportunidad para vencer. El tanto cordobés llegó y el Málaga se desmoronó. Pese a ello, en el desorden los blanquiazules perdonaron el empate.
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