El Málaga llegará al parón liguero con renovadas sensaciones. No sólo por haber derrotado al Granada, sino por todos los parabienes que llegaron anexados a los tres puntos. Se rompió una sequía de cinco partidos sin conseguir el triunfo, se mandaron al limbo los casi 350 minutos sin anotar un tanto en La Rosaleda y se permite afrontar esta semana de relax desde la mitad de la tabla, aunque más cerca de las posiciones europeas que del descenso. Sin fútbol el fin de semana, le toca a Javi Gracia revisar los apuntes en su libreta. Hay cosas que celebrar, muchas que corregir. Pero el poso con el que se mete el equipo en boxes es bastante agradable tras la remontada in extremis ante el Granada.

Todo apuntaba a que el fin de semana de descanso iba a ser un infierno. Durante muchos momentos flotó la sombra de la derrota ante la imposibilidad de romper el muro de los de Caparrós; incluso pese al empate de Santa Cruz, la expulsión de Angeleri hacía presagiar un final muy sufrido en el que contener al menos un punto parecía el epílogo escrito para el Unicaja. Pero Samu Castillejo lo cambió todo. Incluso lo que podría haber sido un cisma: la sustitución de Amrabat, una decisión que no sentó bien a buena parte de la grada. Así que lo que podría haber sido un punto de inflexión en el buen concepto que se estaba grabando Gracia con los aficionados (el buen fútbol del inicio había empezado a disuadir a los que no dejaban de verlo como el entrenador que descendió al Osasuna), se convirtió en un refuerzo más para el pamplonica, ya que dicho movimiento cambió radicalmente el decorado del partido y permitió voltear el marcador.

No sólo le sirvió a Gracia para conseguir los tres puntos, también para mantener su estatus de justicia en el vestuario. No dudó en quitar a Amrabat por su mal partido (y porque coqueteaba con la segunda amarilla) y dar la oportunidad a Samu Castillejo, un canterano, a pesar de la presión que eso podía conllevar tal y como estaba el partido. Pero es que el técnico ya ha dejado claro entre sus futbolistas que no entiende de pesos específicos ni de DNI. Entre los jugadores, favorezcan o las decisiones del momento, suele provocar mucho respeto que un entrenador no haga más distinciones que el rendimiento deportivo a la hora de hacer onces y sustituciones.

Samu Castillejo fue otro de los triunfadores de la jornada. Sin necesidad de marcar, fue el hombre del partido. Por cómo imantó el triunfo y pudo disfrutar eso que en otras ocasiones ya han paladeado en las últimas temporadas los Samu, Juanmi o Fabrice. También, a su manera, se le puede considerar a Santa Cruz. El paraguayo, que hasta que marcó estaba haciendo un partido muy discreto, consiguió anotar el tanto más difícil para un delantero, el primero. Rompió una sequía que duraba desde el 21 de abril y que le dará confianza para los partidos que se avecinan.

En negativo, la enésima expulsión y los atascos ofensivos pese a la remontada final. Sólo dos de los cinco tantos hasta el momento han llegado en jugada, uno de ellos a rechazo de un penalti y el otro en el fallo de Roberto que derivó en el balón a los pies de Roque.