Diego Maradona volvió a probar ayer variantes en la formación de la selección argentina durante el primer entrenamiento abierto al público en Pretoria.

Unas 5.000 personas llenaron de color y ovación el Centro de Alto Rendimiento de la Universidad de Pretoria, donde se prepara la albiceleste de cara al Mundial de fútbol que comienza el próximo viernes con el encuentro que disputarán Suráfrica y México.

Maradona armó dos equipos mezclados, en el que hizo enfrentar una potente delantera con Tévez, Diego Milito e Higuaín, con Messi otra vez retrasado, contra parte de su defensa habitual, integrada por Demichelis, Samuel, Heinze y la novedad de Clemente Rodríguez como marcador de punta.

A poco menos de una semana del debut, el próximo 12 de junio ante Nigeria, Maradona no suelta prenda de cuál será finalmente su equipo titular, si mantendrá la estrategia que mostró en el último amistoso ante Alemania, con un 4-4-2 con Messi e Higuaín en el ataque, o si buscará un sistema más ofensivo con tres delanteros.

En esta oportunidad, formaron el primer equipo Sergio Romero, Jonás Gutiérrez, Burdisso, Otamendi, Maxi Rodríguez, Mascherano, Verón, Messi, Higuaín, Milito y Tévez.

El conjunto rival estuvo integrado por Andújar, Clemente Rodríguez, Demichelis, Samuel, Heinze; Pastore, Garcé, Bolatti, Di María, Palermo y Agüero.

Maradona observó todo desde el centro del campo, con paso tranquilo e indicaciones a sus jugadores.

Cada pase que tocó Messi fue una ovación generalizada, mientras que Tévez protagonizó jugadas que hicieron levantar a los hinchas argentinos y surafricanos, muchos de ellos alumnos de las escuelas que apadrina la embajada argentina en Suráfrica. Los hinchas argentinos animaron con sus cánticos habituales y envueltos en banderas, camisetas y gorros albicelestes. Una y otra vez entonaron el "Volveremos, volveremos, otra vez, volveremos a ser campeones, como en el 86".

Del lado surafricano sonaron las vuvuzelas y los gritos de aliento a los jugadores argentinos. En tanto, cientos de hinchas quedaron fuera, después de que se colmara la capacidad del mini estadio de la Universidad de Pretoria, escenario del ensayo.

Los hinchas argentinos coparon la capital surafricana con gorras, banderas, carteles y una pasión indisimulable que sorprende a los locales, y convirtieron los alrededores del Centro de Alto Rendimiento (HPC) de la Universidad de Pretoria en su meca y, a veces, también en un circo, ya que los disfraces y los cánticos alcanzan dimensiones que van más allá del fútbol.