Fútbol l Segunda División B

El Marbella da un paso atrás y cae con el Cartagena

  • Los costasoleños, que desperdiciaron un penalti a tres minutos de la conclusión del partido, no pudieron confirmar la mejora mostrada en Melilla la semana pasada

El Marbella pulverizó ayer todos los registros conocidos en materia de mala suerte acumulada en un solo partido. Al árbitro no le tembló el pulso para pitar un penalti a favor de los visitantes, que detuvo Ávila, y, justo tras el rechace, volver a decretar pena máxima en la pugna por el balón. Esa fue la jugada clave del choque, pero no la única importante.

Los primeros minutos fueron de tanteo, con escasas llegadas, pero al cuarto de hora Christian cazó un balón suelto en el área visitante y cayó a los pies de Ormazábal, en un más que presumible penalti que el colegiado no entendió de esa manera.

Por su parte, avisó el Cartagena en el ecuador de la primera parte, con un remate de cabeza desviado de Sívori, que se marchó a córner, y en el saque de esquina el ariete local, Quini, saltó con el brazo en alto y Suárez Betancor creyó que había tocado el balón y, esta vez sí, pitó la pena máxima. La lanzó Ander Lafuente, y Ávila desvió hacia su derecha, pero entonces, en la pugna por hacerse con el rechace, cayó un jugador de cada equipo, y daba la impresión de que el visitante llegó antes al balón. De nuevo penalti y los marbellíes se querían comer al árbitro. Tanto que Ibón Díez fue a la calle.

El choque se ponía muy cuesta arriba para la escuadra costasoleña. A la media hora, Quini siguió labrando el peor día posible para un futbolista, fallando un mano a mano completamente solo ante Caballero, en cuyo cuerpo estrelló el balón.

En la segunda parte, la situación mejoró un poco para los blanquillos con la expulsión del capitán cartagenero, Sívori, por agresión a Juan Ríos en una disputa aérea por el balón. Con diez el Cartagena lo vio clarísimo. Se metió atrás, renunció al contragolpe y se dedicó a achicar los pelotazos, a menudo sin sentido, que metía en el área visitante un Marbella que jugaba ya con sólo tres defensas.

Jabuti también desperdició una ocasión clarísima y, precisamente en uno de los muchos balones bombeados por el equipo local al área rival, ya en las postrimerías del partido, llegó el tercer penalti del encuentro tras un leve empujón de Lusarreta a Quini. El joven ariete tenía entonces la oportunidad de compensar sus errores anteriores y darle el empate al Marbella, pero Caballero despejó la pelota sin demasiados problemas. Así, pasó lo que tenía que pasar. Otra derrota, cero puntos y el equipo metido en descenso.

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