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'La Mareona' y Málaga vuelven a encontrarse

  • El Sporting no visita La Rosaleda desde mayo del 2012, mes en el que firmó su descenso a Segunda

"Es de Primera, el Sporting es de Primera", gritaba la afición malaguista el 13 de mayo del 2012, día en el que los blanquiazules certificaron su clasificación para la Champions League. Al mismo tiempo, un Sporting entrenado por Javier Clemente daba de bruces con la Segunda División. Necesitaba un milagro en La Rosaleda y no llegó, pero dejó una simbiosis perfecta entre La Mareona y el malaguismo, que vivió unos de sus días más felices después del histórico del Rondón. Ahora, cuatro años después, vuelven a encontrarse.

Y lo hace en medio de una situación complicadísima para un equipo que acumula cuatro mercados de fichajes sin gastarse ni un euro. Los de Abelardo son penúltimos a dos puntos de la salvación, siendo ya siete las jornadas que llevan sin ganar. Además, el sportinguismo estalló en el pasado encuentro ante el Ahtletic contra el colectivo arbitral por medio de una gran pañolada al inicio del encuentro. Una semana antes, Abelardo echó más leña al fuego con una rueda de prensa incendiaria después de caer 2-0 en Los Cármenes.

Por la situación de los visitantes, únicamente el bajón competitivo del Málaga hace variar lo que ocurrió en mayo del 2012. A pesar de ello, los blanquiazules parecen superiores a un equipo plagado de juventud y al que le pesa demasiado la presión. Por ello, los gijoneses llegarán a Málaga con la imperiosa necesidad de vencer. De lo contrario, se hundirían aún más en la tabla y vería como el equipo de Gracia, a priori rival directo por la salvación, se marcha a 12 puntos.

De aquel Málaga sobreviven Kameni, Weligton, Recio, Duda y Camacho, además de varios miembros del cuerpo técnico. El centrocampista aragonés fue el único que apareció en aquel once, entrando Duda como suplente por su compatriota Eliseu. Aquella tarde el malaguismo vibró desde horas antes de comenzar el encuentro. De hecho, el recuerdo del recibimiento al autobús del equipo todavía perdura en la memoria de todos.

El choque en sí fue un absoluto monólogo blanquiazul. Sólo las buenas intervenciones de Juan Pablo evitaron que los de Pellegrini solventaran el partido con una diferencia mayor. Un cabezazo de Rondón en el minuto 49 tras un córner botado por Cazorla llevó al éxtasis en La Rosaleda, que vio por última vez al jugador asturiano al igual que a Ruud Van Nistelrooy, que se despidió del fútbol profesional jugando los últimos 15 minutos. Recuerdos de una tarde para la historia.

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