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Mateo, pasado y futuro

  • Curioso El técnico cajista era ayudante en el Fuenlabrada hace menos de un mes y ahora se mide a ellos Redondo Sin Jiménez y con Fitch, una victoria por más de 10 puntos valdría doble por el 'average'

El lunes 17 de enero, por la mañana, Chus Mateo maldecía aún el partido que su equipo había perdido el día antes en La Caja Mágica. Era el segundo entrenador del Baloncesto Fuenlabrada. Por la tarde, era primer técnico del Unicaja. Lo sigue siendo hoy, ha dirigido cinco partidos, con dos victorias y tres derrotas, mejor las sensaciones que las cifras. En su haber, un cambio de aire que se palpa en el ambiente. Poco a poco recupera a jugadores poco utilizados en la anterior etapa, se refuerza con Fitch y la vida se ve de forma distinta.

Las vueltas que da la vida, sí. En su tercera llegada a Málaga, Mateo lo hizo como primer técnico, bajo un foco en el que no había estado antes. Hoy cuenta con una pequeña ventaja. Conoce los entresijos del rival, cómo piensa el entrenador, cómo respiran los jugadores. Ha sido la mano derecha del entrenador (antes de Maldonado con Luis Guil) durante dos temporadas y media, ha visto cómo han progresado muchos jugadores con su trabajo de tecnificación y perfeccionamiento, algo en lo que es un maestro, dicho por varios de quienes han sido entrenados por él y han utilizado esas lecciones.

La inercia positiva que ha cogido Mateo necesita de una racha positiva que haga creer al equipo en lo que hace y que alivie la complicada posición en la tabla. La realidad es muy dura. El Unicaja está a dos victorias de la zona de play off, donde con 11 victorias está el Baloncesto Fuenlabrada. Modesto, pero siempre competitivo, ejemplo junto a Manresa de cómo optimizar los recursos, de cómo reponerse a la continua fuga de sus mejores piezas, que en el fondo es su manera de subsistir, de mantenerse económicamente. La venta de Batista al Caja Laboral probablemente costó la Copa y el play off, pero aseguró la solvencia económica para alguna temporada más. Es el sino del modesto, poner en el escaparate sus mejores piezas para alimentar al mismo tiempo sus arcas y a equipos mejores.

La victoria ante el Lietuvos Rytas, con la aparición mesiánica de Sinanovic, debe ser un impulso. No se debe olvidar que antes de la irrupción del bosnio el partido se marchaba para Vilnius de manera irremediable. O sea, que hay muchos puntos de mejora aún. Uno de los problemas se solventa con Gerald Fitch, ya sin cortapisas para jugar el resto de la temporada. Pero sigue estando la baja de Jiménez, que tampoco se ejercitó ayer porque su rodilla mejora lentamente. Así que volverá ya después del parón copero. Mientras tanto, sigue cubriendo su agujero Pablo Almazán, muy del gusto del cuerpo técnico mientras vela sus primeras armas en la élite del baloncesto. Está en el camino correcto y en el momento adecuado.

Hay margen para la progresión en muchos jugadores. McIntyre dibuja una ilusionante curva ascendente, Tripkovic con confianza es un anotador de primer nivel, Freeland sigue como un reloj. Archibald debe reengancharse, lo mismo que un Blakney más apagado con la mejoría de McIntyre. También Guille Rubio, liberado tras pasar una semana complicada por su corte temporal, solventado con su rehabilitación por la imposibilidad de contratar a Garbajosa.

La fiesta sería completa si se vence por más de 10 puntos (84-74 en la ida en el Fernando Martín) porque en la reconquista de posiciones vale de mucho recuperar los averages negativos. Son tareas pendientes del pasado que hay que ir resolviendo.

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