Una victoria, un empate y cinco derrotas no cambian el semblante sosegado y el discurso cauto de Muñiz. El técnico malaguista confía en que los resultados se tornen positivos cuanto antes y se muestra tranquilo respecto a su futuro. Lo que no hace es engañarse a sí mismo, pues considera que el bloque malacitano tiene errores que subsanar. "Lo que hay que hacer es trabajar, porque siempre hay cosas que mejorar. Ante el Almería no conseguimos ser consistentes como en los anteriores partidos y eso no lo podemos perder. Hasta el momento, estábamos mostrando ser un equipo de buen nivel, que tenía controlado el partido y que por errores puntuales no ganaba. Pero tenemos que corregir eso", dijo ayer Muñiz en la Cadena Ser.

El gijonés aseguró que se siente apoyado por el club. "Desde que firmé, siempre me he sentido respaldado. El contacto diario con el presidente [Fernando Sanz] es completamente normal. Que después de un partido como el del domingo, entre en el vestuario de los técnicos y nos transmita tranquilidad, es para corresponderlo con trabajo y agradecimientos", explicó el técnico malaguista, que asume los últimos los pitos de la afición: "Sabemos que el entrenador es la cabeza visible, pero no nos podemos venir abajo por un grito o una crítica. Si lo haces, es que no serviríamos para el fútbol".

Como en él es habitual, opinó que el próximo encuentro ante el Villarreal no se trata de una final: "Es una final cuando culminas una temporada y no hay remedio. Sí es un partido importante de dos equipos que quieren salir de una mala situación". Para la cita en El Madrigal, el preparador albiceleste espera contar con Apoño: "El lunes completó el entrenamiento y somos optimistas. Espero que no tenga problemas". Por otra parte, el asturiano no confirmó si el club hará algún fichaje en invierno tras ser cuestionado por el interés en el retorno de Eliseu desvelado en As: "No sé nada de esa información y no voy a pedir nada. La plantilla merece todos los respetos, estoy del todo satisfecho con ella", concluyó.