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Nadal y Buenos Aires, un amor esquivo

En la galería de los campeones, sobre la entrada del tradicional Buenos Aires Lawn Tennis Club, emergen figuras como Gustavo Kuerten, Carlos Moyà, David Nalbandian o Gastón Gaudio, pero hay una que brilla por su ausencia: Rafael Nadal.

El pequeño pero prestigioso torneo que se disputa en la capital argentina es, por diversas circunstancias, uno de los pocos títulos sobre arcilla que el balear aún no pudo conquistar. Una vieja deuda a la que Nadal, 10 años después, buscará poner fin de una vez por todas. "Ir a jugar a sitios en los que se vive el deporte con pasión para mí siempre es una motivación especial", afirmó el número cuatro del mundo, que recordó su paso por el torneo en 2005, cuando, con 18 años y el cabello bastante más largo, sufrió una derrota que marcó un punto de inflexión en su carrera.

Aquel 0-6, 6-0 y 6-1 en los cuartos de final ante Gaudio, ídolo local y entonces campeón vigente de Roland Garros, precedió la imparable explosión de Nadal en el circuito. "Fue un partido un tanto extraño. En aquel momento para mí ganar a Gaudio era una tarea complicada. Pero después de esa derrota comencé una racha de victorias muy importante", explicó. Tras partir de Argentina Nadal conquistó los títulos de Costa do Sauipe y Acapulco, fue finalista en Miami, donde cayó con Roger Federer, y en las siguientes semanas levantó los trofeos en Montecarlo, Barcelona, Roma y su primer Roland Garros. "Rompió todas sus raquetas, las siete. Pensé que estaba loco. No perdió con cualquiera. Yo jugaba bien en arcilla y había ganado Roland Garros, pero él sintió la derrota como un fracaso", recordó Gaudio, que definió a Nadal como "un elegido".

El primer gran desencuentro de Nadal con Argentina llegó en 2008, cuando renunció a la final de la Copa Davis. Tampoco pudo pisar Argentina a principios 2013, cuando eligió la gira latinoamericana sobre arcilla para regresar al circuito después de siete meses y dar los primeros pasos en un año que terminaría siendo mágico para el español. El torneo de Buenos Aires tuvo la desgracia de ubicarse en la semana de descanso de Nadal, que perdió en la final de Viña del Mar y se coronó en Sao Paulo y Acapulco. En 2014 un imprevisto virus estomacal, sumado a sus problemas en la espalda, frustró una vez más la presencia de Nadal en Buenos Aires.

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