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Nadal-Djokovic, no va más

  • El mejor jugador en tierra de la historia lucha en cuartos por mantener su tiranía en un momento complicado ante el voraz número uno mundial

Pocas veces un partido de cuartos tuvo tanto a sabor a final, a cita trascendental: cuando hoy Rafael Nadal y Novak Djokovic pisen la arcilla de París lucharán por un lugar en las semifinales del torneo, sí, pero eso es sólo la piel de algo mucho más profundo. Frente a frente, en la catedral de la tierra batida, nada menos que el nueve veces campeón del certamen y el hombre más dominador de la historia sobre la superficie naranja ante el tenista del momento, que camina insaciable hacia el último Grand Slam que le queda por ganar.

"No hagamos de este partido una final porque no lo es, son unos cuartos. Esto no es una final anticipada. El que gane no será el campeón. El que gane no va a dormir esa noche con el trofeo", dijo el lunes el español, intentando rebajar el volumen a un duelo que todo el mundo esperaba desde que se sorteó el cuadro. Que Nadal y Djokovic, junto a Federer los grandes dominadores del tenis en la última década, choquen en cuartos y no en semifinales o en la final tiene una explicación sencilla: Nadal lleva tiempo sin ser Nadal y cayó al número siete del ranking víctima de las dudas, la ansiedad y los percances físicos.

Hoy, el día que cumple 29 años, tendrá que volver a ser una roca -mental y física- y no vacilar ningún instante. Delante tendrá a un caníbal del tenis, un jugador que no pierde un partido desde febrero y que hace prácticamente lo que quiere con sus rivales. "Gané muchos partidos y torneos este año. Todavía no he perdido en arcilla. Ahora llega el partido que todo el mundo esperaba. Son unos grandes cuartos", apuntó Djokovic, de 28 años.

Nadal llegó este año a Roland Garros sin ningún título de la gira europea previa en el bolsillo, algo inédito desde que en 2005 ganara su primer Grand Slam en el Bois de Boulogne. Pero ahí, en el bosque parisino, se transforma: lleva 35 victorias seguidas y ha ganado 70 de los 71 partidos que ha jugado. "Todos los jugadores, incluido Djokovic, que para mí es el gran favorito, tienen ese gran problema: ¿Cómo ganar a Nadal?", dijo en los días previos el brasileño Gustavo Kuerten, triple campeón de Roland Garros.

Djokovic es consciente de la dificultad: "Es el mayor reto, jugar ante Nadal en tierra batida aquí, donde sólo ha perdido un partido en toda su carrera". El cuadragésimo cuarto capítulo del duelo más repetido de la historia del tenis supondrá para el balcánico un nuevo intento de batir al balear en Roland Garros, donde perdió las seis veces que se midieron.

Nadal domina la estadística ante Djokovic con 23 triunfos, nueve de ellos logrados en Grand Slam, escenario donde sólo cayó tres veces ante el serbio. El serbio, que no gana al español en un grande desde la final de Australia 2012, llega sin embargo imparable a la cita de las citas: lleva 26 triunfos consecutivos y ha conquistado los cinco grandes torneos que jugó este año: Australia, Indian Wells, Miami, Montecarlo y Roma.

"Son los cuartos de final más complicados de mi carrera aquí, sin ninguna duda", admitió Nadal. "Él es el mejor jugador del mundo ahora mismo, sin ninguna duda". "No me gusta jugar en cuartos contra Novak, espero que a él tampoco le guste".

Seguramente Djokovic tampoco esté tranquilo viendo a Nadal al otro lado de la red. Los que verán más relajados el partido serán los cerca de 15.000 espectadores que llenarán la Philippe Chatrier, el lugar donde español y serbio se llevaron una vez más al límite hace 12 meses. The New York Times calificó el choque como "el mejor partido de cuartos desde que el tenis es profesional".

También será un día importante para el otro superviviente español, David Ferrer, que se jugará su pase a la penúltima ronda ante Andy Murray, tercer cabeza de serie y que está jugando su mejor tenis en tierra batida.

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