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Nadal enfría la polémica

  • El tenista balear se reunirá hoy con las altas instancias del país, por la mañana con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y al mediodía con el Rey, para desactivar la denominada 'crisis de los guiñoles'

Tras una semana en la que unos monigotes franceses pusieron en tensión a buena parte del deporte español, Rafael Nadal intentará a partir de hoy desactivar la crisis de los guiñoles. El número dos del tenis mundial se reunirá con las más altas autoridades del país: por la mañana con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y al mediodía con el rey Juan Carlos. Estará acompañado por parte del equipo español que ganó en diciembre ante Argentina su quinto título de la Copa Davis, aunque se verá antes a solas con Rajoy.

La cita es una costumbre consolidada en España. Cada vez que un deportista o un equipo logra una gran victoria, el Gobierno y el Rey, tarde o temprano, le rinden homenaje. Así, el "desayuno de urgencia" entre Nadal y Rajoy que mencionaron algunos medios españoles será en realidad una cita mucho más relajada, porque los Nadal buscan descomprimir la situación.

"El encuentro con Rajoy es sólo para hablar de tenis, que es lo que le gusta al presidente del Gobierno y lo que le gusta a Rafa", aseguraron fuentes cercanas al tenista. En el Gobierno son aún más herméticos acerca del desayuno previo entre el político y el deportista. "No tenemos constancia. Y si hay algo, es absolutamente privado", aseguraron en la Moncloa, sede del Gobierno español.

La imagen del deporte español tras la sanción a Alberto Contador y la irrupción de los guiñoles será parte de la conversación entre Nadal y Rajoy, un fanático del deporte que recuerda con asombrosa precisión incontables partidos del tenista, pero el zurdo intentará bajar la tensión.

Nadal se enteró a principios de la semana pasada de los sketchs del programa francés, en el que una serie de muñecos ridiculizan al límite a personajes famosos, desde políticos a deportistas, pasando por figuras del espectáculo. Muchas veces apuntan su dardos contra franceses.

En el primero de los vídeos conocidos, Nadal utiliza su orina como combustible para su coche, y la máquina sale disparada a velocidades siderales. Otros vídeos mostraron con jeringas al tenista, a Contador y a Iker Casillas.

"Yo estaba en un bar viendo las noticias de la mañana. Daban este vídeo, llegue al entrenamiento y se lo comenté a Rafael", explicó Toni Nadal, tío y entrenador del número dos del mundo, que está poniéndose a punto en Manacor para los próximos torneos de Indian Wells y Miami.

El plan de los Nadal era no responder a lo que muchos españoles ven como una "provocación", pero después de uno de sus entrenamientos, el tenista se encontró con varios periodistas y cámaras de televisión que lo esperaban, y no pudo resistirse a hablar: "Los que nos tienen que defender son los de arriba".

Dicho y hecho. En los días posteriores el Gobierno de Madrid se puso en contacto con el de París para transmitirle su molestia, al tiempo que la Federación Española de Tenis y el Comité Olímpico Español anunciaban una demanda en los tribunales contra la emisora francesa Canal Plus.

Toni Nadal cree que el país de procedencia de la broma potencia la reacción. "Si este guiñol viniera de otro sitio en vez de Francia, ningún problema. Pero con los antecedentes, lo de Yannick Noah, por ejemplo, te queda un regusto amargo", dijo, recordando las acusaciones de dopaje que el ex tenista francés hizo en noviembre al deporte español.

"Con la excusa de un guiñol puedes decir lo que quieras. Pero si no hubiera llamado la atención, no hubiéramos perdido ni cinco minutos en este tema", añadió el entrenador, que da a entender que preferiría que su sobrino le bajara el perfil al tema.

"No necesariamente uno tiene que defenderse, la defensa son los controles que dan negativo". "Si me llamas hijo de puta me molesta cero, porque sé cómo es mi madre. La misma tranquilidad tengo con Rafa en la pista de tenis", explicó. Y por esa vía va la estrategia de Nadal, que en mayo buscará en París, en un estadio colmado por miles de franceses, su séptimo Roland Garros.

En su entorno quieren enterrar el tema de una vez, y lo dan a entender con cierta ironía: "¿Hablar de los guiñoles? ¿Quiénes son los guiñoles?".

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