tenis lMasters 1.000 de Montecarlo

Nadal, a por su séptimo título

  • El manacorí destrozó físicamente a un Murray mermado, al que venció por 6-4, 2-6 y 6-1 en casi tres horas · Su rival será Ferrer, que logró el billete para jugar la final al imponerse a Melzer por 6-3 y 6-2

La tercera final española en el Masters 1.000 de Montecarlo quedó marcada ayer con las victorias de Rafa Nadal y David Ferrer, tras vencer al británico Andy Murray y al austríaco Jurgen Melzer, respectivamente.

Ferrer fue el primero en lograr plaza para la final al derrotar a Melzer por 6-3 y 6-2 en una hora y 19 minutos y lograr su segunda final de un torneo de esta categoría, después de Roma en 2010. Nadal se impuso a Murray, por 6-4, 2-6 y 6-1 en casi tres horas, en el partido más duro del torneo, cediendo por primera vez un set desde la final del 2009 contra el serbio Novak Djokovic.

Será la segunda final consecutiva en Montecarlo entre dos tenistas españoles. Nadal ganó su sexto título consecutivo el año pasado al derrotar a Fernando Verdasco. En 2002, Juan Carlos Ferrero hizo lo propio ante Carlos Moyà.

Murray decidió poco antes de saltar a la pista que se enfrentaría finalmente contra Nadal, porque su tradicional problema en el codo derecho le mantuvo en duda hasta el último momento. Probó antes en una pista secundaria y resolvió que estaba listo para jugar, y resistió luego para forzar al seis veces campeón en un gran duelo.

Había mucho en juego en el encuentro, porque Nadal debía demostrar que sigue siendo el rey, no solo en Montecarlo, donde perseguirá hoy un nuevo récord de siete títulos seguidos, y donde lleva ya 38 victorias en esta pista, por solo una derrota (ante Coria), si no por mostrar a Murray que frente a él no tiene complejos.

El escocés parecía hundido tras ceder el primer set pero no se entregó en el segundo, en el que también comenzó rompiendo el servicio del español, quizás su punto flaco en el encuentro, ya que lo cedió en seis ocasiones, aunque él fue capaz de sumar un robo más. Murray dio de si en ese parcial lo máximo que podía, pero se desgastó en exceso.

El duelo fue bestial en cuanto a los intercambios con varios juegos que superaron los diez minutos de duración. Y ese trabajo lo notó más el escocés que tuvo que recurrir al fisio con 3-0 abajo en el tercer set. Nadal aplicó su rutina y sentenció finalmente, aunque llegará más cansado a la final que Ferrer.

David se mostró tenaz como siempre, y más resolutivo que Nadal y se presenta en la final con solo 17 juegos perdidos y ni un solo set cedido, pero sabe que el de Manacor lleva un apabullante 11-4 en sus enfrentamientos, aunque el último en cuartos de final del Abierto de Australia este año cayó de su lado, rompiendo una racha de siete derrotas seguidas.

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