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Navarro golpea primero

  • El líder del Cofidis impone su ley en la decimotercera etapa para anotarse su primer triunfo en una grande Contador conserva el liderato

La etapa número 13 le dio suerte a Daniel Navarro (Cofidis), quien sobrevivió en el Parque Natural de Cabárceno a la ley de la selva para imponerse en solitario, lo que le permitió estrenar su palmarés en una grande, en una jornada que mantuvo como jefe de la general a Alberto Contador.

Navarro, de 31 años, salió en estampida a las puertas del zoológico. Un repecho del 15% lo disparó en busca de la presa, como si fuera un guepardo detrás del antílope. El eterno compañero de Contador, ahora jefe de filas en el Cofidis, apretó los dientes, dejándose la vida y mirando de reojo al resto del pelotón.

En San Miguel de Aralar intentó la victoria, pero Contador le cortó las alas. Su ex jefe le hizo la pascua y éste le pidió explicaciones. Junto a la morada de los osos pardos, que no entendían el ruido de la megafonía, el líder felicitó al gijonés. Todo arreglado.

Los favoritos terminaron en tablas. Si acaso Joaquim Purito Rodríguez trató de encontrar oro en la antigua mina de hierro de Cabárceno, pero Navarro llegó antes. Concretamente, con dos segundos de adelanto sobre Daniel Moreno y Wilco Kelderman y cinco sobre los favoritos que se van a fajar en el tríptico de montaña cantábrica.

"Empieza otra Vuelta", auguró Contador nada más cruzar la línea de meta. Y es que, en adelante, ya no habrá repechos, sino puertos serios. Llega la hora de la verdad, donde deben atacar los reyes de la selva, y ahí, como en el Serengueti, se aplicará la ley del más poderoso.

A la fiesta de las alturas llega Contador con Alejandro Valverde pisándole los talones a 20 segundos, mientras que Rigoberto Urán se mantiene a 1.08. Chris Froome y Purito entran con un obstáculo de minuto y medio. El horizonte que espera impone: La Camperona, Lagos de Covadonga y La Farrapona.

La jornada empezó en otro punto del Camino de Santiago, Belorado (Burgos). Se animaron 11 corredores a abrir camino y echaron a correr por la sabana de asfalto, confiados ante la pasividad de los 183 guepardos que, de momento, los mantenían a raya. De eso se ocupó el Orica, que menudas palizas se da persiguiendo.

El grupo se mantuvo unido en el Puerto de Braguía, de tercera categoría, y en El Caracol sólo resistieron el acoso del pelotón Luis León Sánchez, Lutsenko, Cunego, Wyss y Gaudin.

La reacción finalmente se produjo, y eso que el Tinkoff trató de ralentizar la marcha. Lutsenko fue el último rebelde, pero el grupo se lo tragó a 7 kilómetros de meta, desde donde se divisaban las montañas y rocas de Cabárceno, en las que unos 15.000 turistas formaron parte durante unos minutos del espectáculo ciclista.

Muchas cámaras de fotos dejaron de retratar a los animales y se dirigieron a Navarro, que volaba como un águila hacia la meta, directo a la gloria. Era su día. Se retiró en el Tour de Francia el día de su cumpleaños, luego anduvo deprimido y encima Contador le chafó los planes de victoria en la cima navarra. Pero quien la sigue la consigue.

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