21 días bajo el mando del nuevo cuerpo técnico ha sido tiempo suficiente para poder ver una versión distinta. Entre el Unicaja de Aíto y el Unicaja de Chus Mateo y Paco Aurioles hay más factores diferenciales que similitudes. Pero tres semanas no es tiempo suficiente para imprimir un sello propio y ahondar en detalles. Mucho menos si en ese periodo hay que disputar seis partidos claves para asomar la cabeza en la Liga ACB y agarrarse como sea al Top 16 de la Euroliga. Al nuevo Unicaja aún le queda mucho camino por recorrer, muchos matices que perfeccionar y hábitos que adquirir. Y en ello anda estos días.

Jugadores y técnicos se pusieron ayer manos a la obra y comenzaron una semana atípica. Siete días sin competición, que unidos a los tres de la próxima antes de jugar en Vilna permiten disponer de un tercio del mes de febrero para realizar una particular pretemporada. Ayer se entrenó por la tarde. Hoy, mañana y pasado lo hará en doble sesión. Y el viernes llevará a cabo un último entrenamiento matutino antes de descansar todo el fin de semana. No habrá partido de por medio y enseguida surge una cuestión: ¿viene bien estar tanto tiempo sin competir? Chus Mateo lo tiene claro y ve más beneficios que inconvenientes: "A un equipo que está acostumbrado a competir en ACB y Euroliga no le viene mal disfrutar de vez en cuando de este tipo de situaciones y recesos. Además, la carga de trabajo ha sido muy alta estos días, el esfuerzo ha sido grande y le vamos a exigir todavía más. Quizá en un momento determinado convenga desconectar, sabiendo, eso sí, que tenemos dos competiciones de por medio muy importantes y que, por supuesto, vamos a ir al máximo en las dos".

Hay varios segmentos por mejorar, pero Mateo se daría por satisfecho si al final de esta mini-pretemporada su equipo es capaz de mejorar en dos aspectos que considera fundamentales. "Tenemos que ser capaces de comunicarnos mejor, de hablarnos más, de saber qué queremos en cada una de las situaciones defensivas, sin que eso pueda generar dudas. Y, ofensivamente, debemos tener una mentalidad de reacción cuando recuperamos el balón y una buena velocidad de ejecución en el cinco contra cinco a medio campo", explica el técnico madrileño.

Comunicación y seguridad en defensa y determinación y velocidad de ejecución en ataque. Son las dos pretensiones fundamentales que Mateo, Aurioles y Sánchez-Cañete quieren implantar en la plantilla en los días sucesivos. El jueves 17, en Lituania, comenzará a comprobarse si han tenido éxito.