baloncesto

Oña, de la EBG a la élite nacional

  • El entrenador, que se curtió en la escuela malagueña, continúa con su carrera en el Torrelodones y la Basketball School Excelence

  • "Mi vida ya es 100% baloncesto", asegura

Alberto Oña en una de las pistas exteriores de Los Guindos.

Alberto Oña en una de las pistas exteriores de Los Guindos. / ebg málaga

Alberto Oña continúa experimentando la evolución de un entrenador que sueña con dar pasos hacia el profesionalismo y a vivir del deporte que le apasiona. Si hace apenas tres años se convertía en el primer entrenador EBG que llegaba a dirigir un equipo en la cantera de Unicaja Baloncesto, ahora evoluciona en su carrera en el Baloncesto Torrelodones y la Basketball School Excelence.

Estas dos entidades, independientes pero muy vinculadas entre sí, conforman una plataforma de lo más profesionalizada a nivel baloncestístico en nuestro país. "Son muchos los profesionales del scouting que pasan por aquí, también muchos intermediarios, porque saben que el nivel que aquí se trabaja es enorme en cuanto a formación personal y deportiva. Toda esta tradición también ha hecho que esta escuela y este club sean referencia para muchos equipos a la hora de fichar, y muchos jugadores a la hora de formarse", comenta Alberto Oña como primera impresión en un cambio radical de vida y de rutina deportiva.

Junto a Alberto Oña, también están implicados en estas entidades Víctor Chuca y Pedro Sánchez, dos jugadores de la factoría EBG. "La gran diferencia es que aquí se trabaja full time el baloncesto. Mi vida ya es 100% baloncesto". Esta empresa se caracteriza por "captar talentos, darles formación deportiva, facilitarles sus estudios, darles alojamiento y ayudarles en su desarrollo. Mucha gente busca esta escuela, y esta escuela ayuda, con becas y otros métodos, a que muchos vengan aquí". El Baloncesto Torrelodones es el brazo competitivo de los alumnos de esta escuela, pero no es la competición su gran meta ni mucho menos.

El equipo más alto de este club milita en Liga EBA, pero su único objetivo es la formación de jugadores. "Principalmente para venderlos y que con esos ingresos se pueda mantener y hacer evolucionar la escuela. Así también sirven de espejo a aquellos que quieran hacer carrera del baloncesto", precisa. En estos últimos meses, dos jugadores salidos de la Basketball School Excelence han fichado por equipos ACB como el Valencia Basket o Manresa, Emil Savic y Jordan Sakho, respectivamente.

También hay jugadores que buscan esta escuela para formarse y luego buscan equipo por su cuenta. Alberto Oña ha entrenado esta temporada al primer equipo infantil de la entidad, que juega en la A1 autonómica madrileña, mientras que Pedro Sánchez lo hizo en júnior y Víctor Chuca en infantil, siendo un caso extraño en esta escuela por lo prematuro de su llegada. "Normalmente suelen llegar como cadetes, pero la calidad y las buenas condiciones que le han ofrecido han hecho que Víctor se venga conmigo", cuenta Oña.

El curso ya ha comenzado y lo ha hecho fuerte, con entrenamientos personales por la mañana (para los que ya no están estudiando; los que están en edad escolar van al instituto). Luego empiezan con sesiones colectivas antes de comer y, tras el almuerzo y un poco de descanso, la segunda sesión del día, ya con más facetas técnicas y tácticas de equipo.

Otro gran cometido de estas entidades es fomentar el baloncesto en su entorno, de ahí los convenios con la mayoría de colegios de la Sierra de Madrid para llevar escuelas de formación en estos centros y que el baloncesto sea para ellos uno de los deportes más practicados.

"Mi decisión de venir aquí es porque me llegó la oportunidad de llegar a uno de los pocos sitios en España donde un entrenador de formación puede vivir de este deporte. Me han facilitado mucho las cosas en cuanto a vivienda, instalaciones y manutención, y es un paso enorme para evolucionar como entrenador". "Además, conoces mucha gente, ves torneos de muchísima calidad y estoy en un sitio donde el baloncesto está más presente y con más licencias que en Málaga. Aunque sé perfectamente de dónde he salido, de Málaga y de EBG Málaga", cuenta ilusionado Oña en esta nueva etapa.

El trabajo es continuo también para el entrenador con muchos campus de tecnificación, torneos de preparación y estudio, y proyectos a medio y largo plazo que no hacen más que esbozar continuas sonrisas en el rostro de este joven malagueño de sólo 28 años.

Y es que este sitio también es una fuente de talentos del banquillo. En los últimos años, de Torrelodones han llegado entrenadores como ayudantes a banquillos tan codiciados como los de Oklahoma City Thunder o la Universidad de Hamford en Estados Unidos.

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