Liga bbva

Pasaporte casi renovado (2-1)

  • Victoria importantísima para amarrar la Europa League y apurar el sueño de Champions. Amasó oportunidades y fallos el Málaga, al que el encuentro se le acabó haciendo largo.

Las fuerzas, físicas y mentales, menguan. El Málaga avanzó gran parte de la Liga en un cohete y ahora va a ritmo de bicicleta. Parece, no obstante, que será suficiente para atravesar la línea de meta europea. Entonces se sentará en el suelo, pedirá bebida isotónica y esperará a que los miembros del TAS le sellen el pasaporte o se lo requisen un año. Si ganó algo ayer, más que el acercamiento a la cuarta plaza, es que podrá seguir avanzando sin mirar hacia atrás a los que le intentan agarrar de la camiseta. Rayo, Getafe y Sevilla están prácticamente despeñados por el suelo. Con la calculadora en una mano y la cantimplora en la otra, pero con final europeo, así se escribe el último tramo del Málaga en esta temporada de ensueño.

Tras todo un año tomando el caviar de la Champions, hay a quien le suena conformista lo de la Europa League. Conviene no bajar del pedestal a estos futbolistas. Otros equipos sin historial que se estrenaron en la mejor competición firmaron un pacto con el diablo y acabaron en Segunda o hasta el fango para evitarlo. Al contrario de lo que cree Al-Thani, aún les sobra corazón para añadir al éxito continental una clasificación que servirá para dar continuidad al sueño o limpiar la sanción de la UEFA. Cualquiera de las dos opciones es un logro reseñable para la institución.

Sí, el equipo enchaquetado y excelente es ahora uno lleno de arrugas y manchas. Ganó a intensidad media al Getafe, que más bien vino a comer una paella en el campo que a aferrarse a su último vagón continental. A estas alturas importa más el botín que la estética de la ejecución. El nerviosismo final, el merodeo continuo de los madrileños ante Caballero, lo dejó claro. Había que salvar el triunfo como al soldado Ryan.

El bote de inspiración está casi vacío, lo cual no significa que el Málaga no acumulara ocasiones de sobra para llevarse los tres puntos, seguramente con mayor holgura. Pellegrini busca las musas en los menos trillados. Y estas tienen una sucursal en el pie derecho de Pedro Morales, a estas alturas el futbolista con menos ácido láctico en su creatividad. Sus cuatro partidos dejan dos goles propios y tres asistencias. El chileno es la brisa que mueve al Málaga. Aunque sea sólo para ejecutar las acciones a balón parado, resulta una delicia tenerlo. En un minuto dio tres pases de gol. A Baptista, que se encontró con un paradón de Codina desviado a córner, y dos en el saque de éste. Dos porque hasta dos malaguistas creyeron haber marcado. Su envío al interior del área cayó como una bomba. Todos los getafenses se asustaron. Weligton y Camacho se tiraron como hienas para remacharlo. Aún hoy sigue sin estar claro del todo si lo anotó uno u otro. Nada relevante de no ser porque las parejas de ambos están embarazadas y los dos querían llevarse el pulgar a la boca y ponerse la pelota bajo la camiseta. El brasileño se apropió de la celebración, el maño recibió más votos en el debate popular. A esas alturas de tibio choque, decidir a quién adjudicarle el 2-0 se convirtió en lo más entretenido de la tarde. De algo no había dudas en la grada: vaya guante tiene Pedro Morales.

Llegó el tanto de Valera, un defensa que le ha marcado al Málaga con cuatro equipos distintos, justo la única acción que podía darle vida al choque. El campo se inclinó hacia Caballero, pero los boquetes los dejó el Getafe atrás. A Baptista no le quedaba gasolina ni para controlar bien. Sacó una buena mano Caballero, también Weligton pero Clos Gómez no la vio. El brasileño y Joaquín rozaron el esperpento en dos ocasiones para evitar que la prolongación se hiciera tan larga. Pero nada se movió. El encuentro se siguió jugando por televisión. En Anoeta. Desde allí las noticias parecieron confirmar que la Champions será blanquiazul, pero blanca y azul de la Real.

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