Natación

Paula Ruiz o María de Valdés, dos malagueñas y sólo un billete olímpico

  • Este sábado se disputa en Setúbal (Portugal) el Preolímpico y habrá un pasaporte para Tokio para la primera que finalice si entran entre las nueve primeras europeas

Paula Ruiz y María de Valdés, antes de una prueba.

Paula Ruiz y María de Valdés, antes de una prueba.

Las atlánticas aguas de Setúbal, a 50 kilómetros de Lisboa, son el escenario este sábado de una curiosa lucha fratricida entre malagueñas. Paula Ruiz o María de Valdés, María de Valdés o Paula Ruiz. Se celebra allí el Preolímpico de aguas abiertas. Sólo hay una plaza disponible para España, siempre y cuando queden entre las nueve primeras europeas de la competición, algo factible porque 10 nadadoras de máximo nivel ya tienen la plaza desde el Mundial de 2019. La que llegue antes tiene un billete para los Juegos Olímpicos de Tokio en ese supuesto, se reparten 15 en total. En el anterior Mundial no pudieron hacer el Top 10 que daba el billete y ahora ya es la última opción, poco antes de un mes de la cita olímpica. La prueba estaba fijada en tierras japonesas, pero se trasladó a Portugal por las restricciones con la pandemia.

Desde 1992, con María Peláez en Barcelona, ha habido de manera ininterrumpida nadadores malagueños, con preponderancia femenina, en los Juegos. Nina Zhivanevskaia, Ana Belén Palomo, Guillermo Mediano, Mari Carmen Collado, Duane da Rocha y Carlos Peralta. Siempre en piscina, pero en esta ocasión está la oportunidad en mar abierto, en la prueba de los 10 kilómetros. Dos nadadoras que se conocen desde pequeñas y que tienen una buena relación se juegan el sueño olímpico, avaladas por sus últimos resultados. En el Europeo reciente de Budapest, hace un mes, Paula Ruiz consiguió una gran cuarta posición en la prueba de 10 kilómetros, a centésimas del podio. María de Valdés eligió la preparación en piscina y respondió con magníficas prestaciones, con finales en 800 y 1.500 metros y rebajando sus marcas.

110 nadadores de 47 federaciones nacionales compiten en Setúbal, que también fue sede de los Preolímpicos para Londres'12 y Río'16, en las aguas del estuario del Sado. En los Mundiales de Gwangju de 2019 se repartieron 10 billetes en hombres y 10 en mujeres. En Setúbal se reparten 15 más en cada sexo. 47 mujeres contienden. Las sudamericanas Cecilia Biagioli (Argentina) y Samantha Arévalo (Ecuador) o la húngara Ana Olasz son algunas de las más experimentadas nadadoras.

A diferencia de la clasificación a través de los Campeonatos Mundiales de la FINA (donde se puede conseguir un máximo de dos nadadores por Federación y género, siempre que terminen entre los 10 primeros), cada nación inscrita en Setúbal solo puede clasificar a un competidor de cada género. A pesar de ello, muchos países presentes en Portugal han inscrito el máximo número posible de deportistas, dos hombres y dos mujeres, multiplicando por dos sus posibilidades de clasificación. Es el caso de la española, con De Valdés y Ruiz. Las nueve nadadoras mejor clasificadas obtendrán una plaza. Se clasificará directamente la mejor posicionada, aún no clasificada, de cada uno de los cinco continentes. Si una Federación ha calificado previamente a uno o dos nadadores, la siguiente mejor del mismo continente, aún no clasificada, en el ranking se clasificará. Japón clasifica a un hombre y una mujer por cuota de organizador.

"Estas dos últimas semanas he entrenado bastante bien. Tengos buenas sensaciones, los típicos nervios de competición, peor positivos. Después del Europeo tuve como una semana de bajón porque me dio un cólico y estuve unos días con pruebas, pero después todo bien y empecé a tope hasta el día de la prueba. Yo voy con todo", explica la fuengiroleña María de Valdés (1998), que se entrena en La Coruña, donde nada para el Liceo: "Es una parte difícil, porque termina tu ciclo olímpico y se decide tu clasificación en una carrera. Hay una ilusión por competir, si te sale bien, ha estado bien, pero como falle algo el día de la prueba es como un chasco. Pero pienso en positivo. Salga lo que salga, son cinco años intensos".

"Nadé hace cuatro años en Setúbal, en la Copa del Mundo, fue una prueba bastante dura a nivel psicológico y físico. He crecido como nadadora y persona, me ha venido bien un año más que se retrasaron los Juegos. Depende de la nadadora, el oleaje, la temperatura, la corriente, el día de la prueba... Todo influye. Entrenar en el Atlántico, como hago en La Coruña, es bueno. Hemos entrenado en agua calmadas y  más picadas en este tiempo", decía la malagueña.

Ese curioso duelo entre malagueñas lo ve con naturalidad De Valdés. "Paula y yo nos conocemos desde pequeñas, haciendo travesías, en concentraciones y campeonatos... Tanto una como otra somos amigas, pero dentro del agua cada uno entrena lo suyo y cada una quiere su plaza para los Juegos. Cada una va a muerte. Sabemos diferenciar lo que es dentro del agua de lo de fuera".

María de Valdés tiene la mínima olímpica en piscina, en los 1.500 metros. Sucede que también Mireia Belmonte y Jimena Pérez la tienen y con mejores marcas. Belmonte no ha dado con regularidad, pero debería renunciar antes de ir a Tokio a esa prueba para que De Valdés tuviera esa carta. Siendo la abanderada, no parece posible que suceda. "No tengo nada en mente, no veo posibilidad de ir en la piscina. Si pudiera ir es porque Mireia renunciase, pero no lo veo. Terminó el Europeo, pero era una fase de trabajo para el Preolímpico, aunque salió muy bien. Pensamos que la planificación era mejor en la piscina y que me daría un plus para hacer bien el Preolímpico. Hace siete meses era la primera oportunidad para la mínima, por temas de Covid no pude prepararla bien. Hay que llegar al 100% en el campeonato que te exijan, sobre todo en esta época de pandemia. Pero ahora espero que salga el trabajo bien hecho", dice la de Fuengirola, que recuerda que "todo deportista tiene su sueño de ir a los Juegos. Siempre decía que era ir a unos Juegos. Siempre lo veía muy lejos, pero en este ciclo podía verlo más cerca. Hay que dar el último empujón y estuve en las mínimas de piscina. He estado arriba. Me lo ha preguntado bastante gente, si iba a centrarme en la piscina. No me gusta elegir una disciplina. El campeón del mundo en 1.500 es 10 kilómetros. Tanto mentalmente como físicamente no es muy diferente".

En esas dos horas de carrera pasan demasiadas cosas por la cabeza. "Sí, demasiadas. Cosas negativas y positivas. Trabajo la psicóloga y me ayuda a estar en carrera, a no salirme. Cantar una canción, pensar en alto... Hay tantos momentos para todo", confiesa De Valdés. Ella y Paula Ruiz, dos malagueñas por una plaza desde las 17:00 horas de este sábado en Setúbal por una plaza olímpica.

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