Cuando en el pasado mes de agosto se escenificó la ampliación hasta 2018 del vínculo entre Unicaja y Joan Plaza el principal temor que podía existir para que no se cumpliera el contrato era que otro paso más en el crecimiento del equipo llevara al técnico barcelonés a un banquillo de los grandes de Europa. La situación actual no entraba en ninguna cabeza. Pero un Unicaja diseñado con ambición, en el que se prescidió de jugadores para dejar hueco a otros que se creía mejores, se despeña sin cesar. Se han perdido ocho de los últimos 10 partidos, los últimos cuatro por una renta de más de 16. No se estuvo en la Copa, el Top 8 es una quimera y se está fuera del play off de la ACB virtualmente. Duro de digerir.

Son momentos de dudas en la pista y también en los despachos. Fichar o no, cortar a algún jugador en el que ya no se cree... La Opinión publicaba que el club medita multar a jugadores y técnicos por bajo rendimiento. Es una medida que el Consejo debe refrendar, o rechazar, esta semana. Parece un gesto de dudosa eficacia. El pasado viernes, el presidente cajista, Eduardo García, tras la descorazonadora imagen en Estambul se reunió, en presencia de los técnicos, con la plantilla. Le instó a que fueran profesionales y mostraran su orgullo. Que recordaran el club en el que estaban y que no se podía tolerar esa imagen. Contra el Murcia se encajaron 90 puntos. No parece una cuestión de actitud, más bien de cómo mezcla esta plantilla. "Falta la química", decía en estas páginas durante el parón copero Edwin Jackson. Es algo difícil de conseguir. Y más cuando llueven las derrotas. El francés es uno de los más señalados junto a Nedovic.

Plaza sigue siendo la piedra angular del proyecto pero ya no suscita unanimidad en el seno de los que mandan en el club. Siguen pesando más los logros de dos años notables en los que sacó de la ciénaga deportiva a un club que, en ese aspecto, daba palos de ciego. Pero gente importante y con poder de decisión ya cuestiona la labor del técnico y no se esconde en mostrarlo Entronca con las cargas de profundidad del técnico con el asunto del chárter y el asunto de la Euroliga, que no sentaron bien. Y se estima que la plantilla tiene más que ofrecer que lo que hace.

Desde el otro lado, también Plaza lamenta que, asumido el error en la confección de la plantilla, no se haya procedido a algún cambio más para revertir la situación en vista de que las lesiones y las prestaciones de algunos jugadores alertaban de la caída. Ya mostró su opinión tras la lesión de Smith. Y la recalcó en privado. Detectó falta de ambición y se sintió, de alguna manera, defraudado porque se le garatizó cuando renovó desde el club que se seguiría en la Euroliga. Y, desde que se supo públicamente que el Unicaja no estaba con los mejores, el equipo ha perdido más que ganado. Tras la derrota ante el UCAM Murcia, por primera vez en la temporada el Unicaja ha perdido más que ha ganado. 20 victorias (una en Supercopa, nueve en Euroliga y 10 en ACB) y 21 derrotas (una en Supercopa, nueve en Euroliga y 11 en ACB). Estar en números negativos es un síntoma preocupante en marzo.

La situación del equipo se une al calendario que se viene. Un vistazo hace imaginar derrotas en Barcelona y Vitoria, próximas salidas de ACB, más las que se descuentan en Euroliga, con todos los equipos que quedan por delante aún inmersos en la pelea por el Top 8. Cuesta bastante imaginar una destitución de Joan Plaza, pero es difícil cambiar esta dinámica. Y cualquiera al que se le pregunta de los que trabajan cada día en el Carpena admite que hay que cambiar. El hombre que devolvió al Unicaja a su lugar natural está en cuestión medio año después de que se prorrogara su contrato hasta 2018.