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Plaza: "No tolero el insulto o la casi agresión"

  • El técnico del Unicaja asegura que vivió momentos desagradables tras la eliminación copera Admite que en la petición de fichar iba implícito el bajo rendimiento de Hettsheimeir

Son días alegres en el Unicaja pese a la derrota del domingo ante el Barcelona y la plaga de lesiones. El equipo va encontrando una identidad cada día más reconocible. Con tramos de mejora y con carencias, pero el Unicaja está siendo casi siempre competitivo tras el fiasco copero, un asterisco en la temporada. Joan Plaza estuvo ayer en la tertulia de baloncesto de la Cadena Cope y dejó reflexiones interesantes, no todas positivas. En clave copera, desveló algo que había pasado desapercibido. Asegura que tanto él como su esposa, tras la eliminación copera, sufrieron insultos y "casi agresiones físicas".

"Entendí parcialmente las críticas posteriores a la eliminación", rememora el técnico catalán: "Cuando supimos que tocó Zaragoza nadie me oiría lanzar las campanas al vuelo. No entendí la situación tan dramática que se creó después de perder sólo un partido. Estábamos muy vivos en el Top 16 tras ganar al Fenerbahce, cuartos empatados con el tercero en la ACB... Entiendo que la gente se disguste por perder en casa. Igual me expliqué mal, puede. Yo entiendo perfectamente a lo que debe aspirar el Unicaja, pero debemos mirar de dónde venimos. Pero sí, aprendes en qué entorno estás y, aunque no compartes muchas cosas, te informas".

"Llegar al insulto o la agresión, no", reveló el técnico catalán: "Lo hemos de vigilar todos: el club, medios de comunicación... No vender películas que no se corresponden. Se cruzaron unas líneas rojas que no concibo. Hay que tener en cuenta que no se ha fichado a nadie durante la temporada, que el presupuesto era mayor el año pasado que éste, que tenemos jugando a un niño de 17 años al que no se paga... Casi se llegó a la agresión mía y familiar y no, por eso no paso".

Después de este episodio desagradable, Plaza reconoció que sí está cómodo en Málaga. "Hay 40 grados de diferencia con Kaunas, hablas el mismo idioma y entiendes los parámetros, pero en el entrenador va adaptarse al sitio que va. Veo similitudes con mi ciudad, Barcelona, en nivel de tolerancia y respeto. Debo descubrir algo, me gusta conocer lugares de la historia de Málaga para entender mejor dónde estoy. Las notas son a final de temporada, al final te adaptas a la idiosincrasia del club sin dejar de ser yo mismo. No creo en los cambios radicales ni en varitas mágicas. Tengo intención de que el día que me vaya, sea en un año, cinco o siete, dejar el mismo rastro que en Madrid, donde 11.000 personas se levantaron a aplaudirme cuando volví, Sevilla o Kaunas. Veremos qué pasa", dijo el técnico, que presentará el próximo día 17 en la librería Luces su novela Las mantas de Angelina.

Plaza aseguró que hay cosas que mejorar en el club, pero que debe ganarse con su trabajo y resultados tener más voz: "Si hay cosas que había que cambiar, se las comento a los dirigentes del club. No es un tema económico, aunque todos queramos estar lo más desahogados posible. Se debe tener una sensibilidad mayor con personas que han estado en el club, aunar a la gente que está alrededor del equipo. Darse cuenta de los detalles que en un sitio tan pasional como Málaga deben tenerse en cuenta. Debemos tener sólo una línea de trabajo en el club, pero soy un recién llegado y tengo que hacer los deberes para que me escuchen".

"Lo primero es ser agradecido con los que nos han traído hasta aquí. Hace un par de meses me reuní con ex jugadores más cercanos a los 70 que a los 50 años que no sé si sentían el club como tal, tenían cierto cariño pero no estaban del todo metidos. Estas personas que jugaron en La Rosaleda o Ciudad Jardín deben tener un asiento con su nombre en el Carpena. Ellos ostentan cargos de abogados, banqueros, comerciantes... en la ciudad y son gente con influencia a la que hay que cuidar. A nivel de estructura de formación, se debe decidir si hay una cantera grande que debe tener presencia activa en el primer equipo o simplemente como un acto social".

"De lo que estoy más orgulloso es de no haberme vuelto un imbécil", señaló Plaza cuando se le cuestionó por su larga trayectoria, que llevó a entrenar "desde prebenjamines a senior pasando por el baloncesto femenino. No soy un actor, tengo mis limitaciones. En Málaga he de poner el contador a cero y apretar los dientes. No podemos dejar pasar el tiempo. Me cuesta no salpicar por los de al lado, no pedir para que un ayudante cobre más".

El entrenador cajista reconoció que la petición de refuerzo tras la lesión de Hettsheimeir también iba ligada a su bajo rendimiento: "La baja era larga de un jugador que, además, no estaba contribuyendo como esperábamos. Rafa es el primero que sabe que no juega como entrena. Por eso también pedí un sustituto. El resto ha ido dando pasos adelante, él debía ser el que diera reposo y compitiera con Caner-Medley. Kuzminskas no es el mismo ahora que cuando llegó, Toolson debería aportar más pero ahora es más regular y constante, Granger está creciendo... El caso más flagrante era el de Rafa. Quería un fichaje para que viniera hasta el final de temporada".

También habló Plaza de su relación con Pep Guardiola. "Lo conocí a través de Juanma Lillo cuando yo estaba en el Madrid antes de que él empezara con el Barcelona. Es una persona muy curiosa con ganas de aprender. Es raro que la gente del fútbol se acerque a otros deportes. Me une con él la humildad con la que podamos transmitir nuestros conocimientos. En mi primer año en el Real Madrid lo ganamos todo salvo la Copa y él quería saber cómo lo había hecho. Intercambiamos ejercicios, ahora nos vimos en Múnich cuando jugamos allí. También con Raúl el futbolista tuve mucho contacto", finalizó.

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