Sólo van tres jornadas de Liga. Habrá quien lo pueda utilizar como atenuante del mal arranque del Málaga. La cuestión que preocupa no es esa, sino el mal endémico que empieza a repetirse en los partidos blanquiazules. El sistema defensivo, que no la defensa de manera estricta, ha hecho aguas en los tres encuentros, lo cual tiene a Juande Ramos muy inquieto más allá de que tras la derrota del sábado dijera que le había gustado el partido de los suyos. Ni el técnico ni Arnau entendieron que hacía falta reforzar la zaga, así que la opción de trabajo por ahora sólo tiene una vía: reajustar la fórmula defensiva.

Fue la semana pasada cuando hubo un parón para trabajar (aunque de forma relativa, puesto que Juande perdió a siete internacionales), pero será a partir de esta cuando el equipo repase de manera más concienzuda los conceptos. El técnico tiene claro que el problema comienza arriba desde el mismo momento en que se realiza la presión al rival en la salida y, a partir de ahí, son fallos en cadena los que permiten al rival llegar con facilidad. El ejemplo del Villarreal es pedagógico: sin hacer prácticamente nada, los de Fran Escribá sólo necesitaron aprovechar las puntuales concesiones que les permitieron anotar los tantos (ahí queda también el error de Weligton en la acción del penalti, por más que viniera precedido por un claro fuera de juego).

La mejora de Camacho se hace también perentoria. Más allá de que su posible salida del West Brom le hubiera tenido unos días despistado, físicamente se le ve muy lejos de lo que es capaz de dar. Es un jugador vital para el equilibrio del equipo y Juande le espera como el comer. El propio futbolista maño sabe que en estas tres primeras jornadas no se le había como es habitual en él, que aún le queda.

Otra de las claves pasa por recuperar la mejor versión de los zagueros. Weligton tuvo que jugar todavía dolorido en su rodilla derecha, Koné convive con molestias musculares mientras avanza lentamente su adaptación a un fútbol e idioma muy diferentes y hasta Llorente se fue del choque contra el Villarreal con dolores en una rodilla. Y ayer, para colmo, se sumó a la enfermería Jony, quien no se ejercitó ayer aquejado de dolores en el adductor de su pierna izquierda y cuyo alcance por ahora es un misterio.