La dimisión ayer por sorpresa de Quique Sánchez Flores, anunciada en una declaración sorprendente del técnico madrileño en la sala de prensa del Coliseum Alfonso Pérez, es una noticia más de la convulsa temporada del Getafe en los despachos, desde los que se vendió al jugador Jorge Sammir, gota que colmó el vaso y causó la marcha del técnico.
"Es una decisión personal producto de una reflexión vital que me aleja de tener que repetir situaciones que en su tiempo no me hicieron feliz. Creo que es la mejor decisión y la forma de dignificar mi profesión y de alguna forma respetarme a mí mismo", dijo.
Por la tarde, el presidente, Ángel Torres, se mostró "sorprendido" por la dimisión, pese a que conocía desde el miércoles que el técnico estaba "bloqueado" y planteaba marcharse, y declaró que personalmente lo deja, "en un mal momento, tirado".
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