Liga Endesa

Retratados ante el espejo (82-65)

  • Ante un equipo de nivel similar y con cualidades parecidas como el Gescrap, el Unicaja ve cortada su racha de victorias y evidencia sus carencias ocultadas en esta secuencia triunfal previa.

La mejor defensa de la ACB (66.6 tantos recibidos hasta ayer) encajó 82 puntos. El equipo que mejor reboteaba de la competición fue superado con claridad (38-33) en esa faceta. Un bloque competitivo que hasta ahora había dado muestras de compromiso extremo bajó los brazos en la segunda mitad y perdió los cuatro cuartos del partido. Los números no lo explican todo, pero dan una idea de por dónde osciló la amplia y severa derrota del Unicaja (82-65) en el Bilbao Arena.

El equipo de Repesa se colocó ante el espejo, ante un rival de potencial similar, con características parecidas, sobre todo en el terreno físico y atlético. También en el carácter, es el Gescrap de Katsikaris un equipo orgulloso y experto. Contaba con dos ventajas, no haber jugado aún competición europea (empieza esta semana) y disponer de un espinazo que forman Raúl López-Grimau-Mumbrú-Vasileiadis-Hervelle, al menos dos temporadas en el Botxo. Ellos dan sentido y pegamento a un bloque que sabe a lo que juega. Salvo Grimau, los otros cuatro fueron subcampeones de Liga. En una rotación de ocho jugadores, se nota ese saber. Las interesantes adiciones de Zisis (ocho asistencias) y Hamilton, el hombre del partido, compensan las variadas marchas. Y el espejo retrató las carencias del conjunto de Repesa. Lo que se había intuido y ocultado con triunfos salió a la luz.

Hamilton, decíamos, fue el hombre del partido. Porque fue el mejor (19 puntos, siete rebotes y dos tapones) y se merendó a los diferentes pares que le colocó Repesa. Con un modo superior de intensidad y energía y con Hervelle y Rakovic de compinches, desarboló a todos. Con el maduro Vasileiadis de contrapeso exterior. Y también fue el protagonista porque, mediado el segundo cuarto, en el intento de machacar un rebote de ataque, se cargó el tablero. El metacrilato estalló y el partido tuvo que pararse durante media hora para todo el proceso de recambio. Se trabajo una canasta desde una pista auxiliar, pero el anclado y preparación dilató el encuentro. Diríase que hubo dos Unicaja distintos, antes y después de la rotura del tablero. Pero escudarse en ello es un tanto absurdo. El equipo de Repesa, además, estuvo en ese ínterin en la canasta buena. El Bilbao estuvo sin lanzar en ese periodo.

Iban 13 minutos y 58 segundos de partido cuando la fuerza bruta de Hamilton destrozó el tablero. El marcador era 28-26 y hasta entonces el Unicaja había nivelado la intensidad y la dureza que propone el experto equipo vizcaíno. Aunque Hamilton ya amagaba con ese recital posterior. Ciertamente, entre los tres pivots de Katsikaris (Moerman estaba lesionado y Samb apenas jugó), el citado Hamilton más Hervelle y Rakovic, sumaron 38 puntos y 21rebotes. Los cinco de Repesa, 23 tantos y 12 rechaces. La diferencia es evidente. Y no sólo en los números. La participación y la trascendencia en el juego de los interiores locales superó con mucho a los cajistas. No fue una circunstancia casual ni novedosa. Es una tendencia que se ha registrado también en esta racha de seis victorias consecutivas cosechada por los malagueños. Se alertó de ello en el éxito y ahora se refiere también cuando se pierde. Se sabe que los pivots de Repesa, en ataque, no son grandes generadores, ni de juego ni de canastas. Dependen de un balón en condiciones ventajosas. Hasta ahora, el conocimiento mutuo sigue en proceso. También es verdad que los dos jugadores que mejor juegan en el poste bajo son Marcus Williams y Krunoslav Simon, algo paradójico. A la espera, claro, de un Kosta Perovic más decente. Ayer volvió a salir de titular y se creó un tiro cómodo culeando pero erró. Fue su única acción reseñable.

Antes de la rotura de tablero, Urtasun consiguió alguna penetración, Zoric hizo daño con nueve puntos y después se secó. Bastó para competir hasta ahí, pero ya al descanso la distancia era peligrosa (38-31). Se acabó con un parcial de 6-0. Y, tras un triple de Calloway, la tendencia continuó tras el receso, con la dureza y la actividad del equipo local mandando sobre el encuentro. Hamilton y Hervelle montaron un negocio en la zona del Unicaja que dio buenos beneficios. Y cerraron la propia, negando canastas fáciles al equipo de Repesa, que se entregó al talento de Marcus Williams. Existen indicios de dependencia del base norteamericano, que, por sus cualidades, genera mucho en ataque, aunque si no encuentra el pase no duda en culminar por sí solo. Lo cual no es malo (14 puntos ayer, máximo anotador), pero igual dilata ese proceso de construcción del sistema ofensivao. Por más que especificara Repesa el jueves pasado que la función primordial que le exige a los interiores, Fran incluido, en ataque sea la de colocar buenos bloqueos para que los exteriores hagan fluir el juego.

Williams sostuvo al equipo durante el tercer cuarto, lo dejó en partido pese a que el Bilbao era superior. A cambio, el californiano sufre en defensa. Calloway le supera bastante en esa faceta. Y los bases rivales atacan sin dudar al norteamericano. De hecho, con él en pista Repesa es más propenso a emplear zonas. El Gescrap expandió a los 20 puntos (73-53) su ventaja sobre el equipo malagueño, impotente para hacer frente. Simon sacó el kit de maquillaje, pero no bastó para ocultar una derrota dura, la más severa de la temporada. Un aviso de lo que viene.

Gescrap Bizkaia (21+17+19+25) 82: Zisis 5, Vasileiadis 16, Mumbrú 5, Hervelle 9 y Hamilton 19 -quinteto inicial-. Rakovic 10, Pilepic 0, Raúl López 8, Samb 0 y Grimau 10.

Unicaja (19+12+14+20) 65: Calloway 6, Urtasun 7, Simon 12, Gist 6 y Perovic 0 -quinteto inicial-. Williams 14, Lima 4, Vázquez 4, Jiménez 0, Zoric 9 y Dragic 3.

Árbitros: Martín Bertrán, Peruga y Cardús. Eliminado: Rakovic.

Incidencias: Bilbao Arena. 6ª jornada de la Liga Endesa. 9.473 espectadores, según datos oficiales.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios