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La Rosaleda será escenario de Primera División 861 días después del último encuentro

  • Será el bautismo del recinto en la élite tras su completa remodelación durante los últimos años

Corría un 6 de mayo de 2006. La Rosaleda contemplaba nostálgica su último partido en Primera División -el descenso ya se había consumado varias jornadas antes-. El Sevilla daba el último pisotón venciendo con sobradez en el derbi (0-2). Pérez Lima aún era colegiado de Primera División. Juande Ramos pisaba por primera vez el banquillo visitante tras su salida del club. Todo ha cambiado desde entonces. El propio estadio, ya remodelado; Fernando Sanz, entonces testigo de ese bochorno, hoy presidente; sólo Arnau y Salva permanecen en la plantilla desde aquel choque. Mañana habrán pasado 861 días desde aquel infierno. Pero todo será distinto. Para bien.

Será el primer encuentro en la élite del nuevo Martiricos, ya sin lágrimas, acaso con alguna que otra incógnita por lo que pueda pasar en la temporada, pero que nadie dude que mañana amanecerán los 28.963 asientos llenos de ilusión. Así se palpa en el ambiente. 21.000 creyentes que ya han retirado su carné no faltarán; todos los demás que se animen a adquirir su entrada harán más ruido si cabe. Lo más parecido a esa bombonera que reclama hasta el himno.

"Hay mono de ver al equipo en Primera, de volver a disfrutar del fútbol y eso va a hacer que La Rosaleda presente una de las mejores entradas de la temporada". Palabra del presidente, uno de los que más excitados se encuentran ante el hecho de volver a presenciar un choque en casa entre los elegidos.

Precisamente Fernando Sanz no pudo evitar ayer establecer una comparativa entre lo que vivió en sus últimos años como futbolista y su rol actual: "Para mí es un momento de satisfacción y de orgullo el aspecto que pueda presentar La Rosaleda ante el Athletic, sobre todo cuando echas la vista atrás. Ahora tenemos tan presente esa fotografía de momentos tan malos que es una situación muy buena económica y deportivamente".

Para José Juan Luque, uno de los que regresa a La Rosaleda, tras pasar dos años viendo cómo tanto el Ciudad de Murcia como el Granada 74 apenas tenían apoyo por parte de su masa social será un lujo presenciar el aspecto de las gradas mañana por la tarde: "Yo deseo volver a sentir el apoyo de la afición, que esté con nosotros pase lo que pase, porque ellos son muy importantes. Para el Málaga va a ser importantísimo el apoyo de la afición esta temporada".

Ha sido mucha la espera para que La Rosaleda vuelva a engalanarse como merecía. Eso sí, el aficionado espera que no tenga que transcurrir mucho tiempo más para sumar otro triunfo al casillero, ya que éste se remonta al 4 de febrero de 2006, curiosamente el primero que dirigió Manuel Ruiz Hierro en el banquillo blanquiazul. Ya no volvió a vencer ninguno más. 971 días sin un triunfo en la élite suena demasiado duro como para que tenga que ampliarse mucho tiempo más. La ilusión renacida de la ciudad y el escenario -ayer se terminaban de acomodar los palcos VIP, de reciente creación y que han sido vendidos en su totalidad, y las nuevas cabinas de prensa- precisan de una nueva alegría con la que soñar por la permanencia en la élite.

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