Tras una ceremonia inaugural con muchos destellos y pocas sombras, Rusia activó hoy la "misión medalla de oro" con el único objetivo de terminar sus Juegos Olímpicos de Sochi en la primera posición.
Humillada en la undécima posición del medallero de Vancouver 2010, Rusia quiere olvidar esa experiencia y deleitar a sus aficionados. Sin embargo, el peso de los tan sólo tres oros de los últimos Juegos de invierno suponen una enorme presión sobre los hombros de muchos atletas.
"No tenemos un hacha encima de nuestras cabezas como el equipo masculino", dijo, aliviada, la jugadora de hockey sobre hielo Alexandra Kapustina. Y es que a los fornidos hombres rusos de uno de los deportes estrellas de los Juegos se les exige sí o sí luchar por el oro.
El día 23, el que cerrará la cita olímpica, a las 16:00 horas locales (13:00 GMT) se jugará la final masculina de hockey en el impresionante estadio Bolshoi. Todo lo que no sea estar ahí será un fracaso para los rusos, que con la Unión Soviética lograron ocho oros de diez posibles entre 1956 y 1992.
"Todo el mundo quiere ganar un oro, especialmente en casa. Estoy seguro de que cada jugador de hockey, cada aficionado en Rusia, quieren vernos ganar. Pero será duro porque todos traen un buen equipo", dijo a la NBC la estrella del equipo ruso, Alexander Ovechkin.
En Sochi todo está listo para que la historia sea diferente a la de Vancouver, la peor actuación rusa en la historia. Mejorarlo no será difícil, pero superar a potencias como Canadá, Alemania o Estados Unidos parece un enorme reto. Y las expectativas son gigantes: más de la mitad de los rusos creen que Rusia terminará primera en el medallero, según una encuesta.
Rusia, que lideró el medallero por última vez en Lillehammer 1994 con 11 oros, contará con grandes estrellas como Ovechkin o el patinador artístico Evgeni Plushenko, que busca su cuarta medalla olímpica. Otra de las esperanzas locales en Viktor Ahn, nombre que adoptó el surcoreano Hyun-soo cuando recibió la nacionalidad del país más grande del mundo.
"Contamos con ellos y confiamos en ellos", señaló recientemente el presidente ruso, Vladimir Putin, responsable de que los XXII Juegos de invierno se disputen en su país a orillas del Mar Negro. Para Putin, el espectáculo olímpico es también "la expresión de una nueva Rusia".
"Hagan todo lo que sea humanamente posible para que se escuche el himno ruso en la ceremonia de entrega de medallas", instó Putin a la delegación rusa, representada en Sochi por 223 atletas, todo un récord.
"Incluso con la Unión Soviética no había un equipo tan impactante", señaló el presidente del Comité Olímpico Ruso, Alexander Zhukov, que aseguró que su país debería ganar entre diez y 14 oros hasta el 23 de febrero.
Los Juegos llegaron a cada rincón de Rusia. Incluso el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kiril, visitó el nuevo templo construido especialmente para los Juegos y deseó a todos la "fuerza del espíritu" en todo "momento difícil del torneo".
"Cuando vayan a la salida recuerden las palabras, concéntrense, aúnen su fuerza espiritual interior, que será la llave del éxito", pidió el patriarca.
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