Deportes

Rusia insiste en su defensa

  • "No nos avergonzamos", dice desafiante Vitaly Mutko, ministro de Deportes y centro de las miradas por el presunto dopaje sistemático La IAAF da una semana para responder

Las 323 páginas del informe de la comisión independiente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) han golpeado como un terremoto en Rusia, una potencia deportiva internacional obligada ahora a dar respuestas sobre sus oscuras prácticas para evitar el aislamiento de sus atletas.

La contundencia de las acusaciones de la comisión independiente han provocado temor en Rusia ante la posibilidad de que sus atletas no puedan competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Y el escándalo también podría alcanzar al ministro de Deportes, Vitaly Mutko, hombre clave en el deporte ruso como presidente de la federación de fútbol del país y jefe del comité organizador del Mundial 2018.

Pero Rusia no se inclina todavía. "No nos avergonzamos", dijo desafiante Mutko tras la publicación el lunes del explosivo informe, que acusa al país más grande del mundo de dopaje sistemático en atletismo y de encubrir controles positivos. Más sorprendido se mostró el presidente de la Federación de atletismo, Vadim Selishenko: "No esperaba que los resultados fueran tan serios y de este alcance".

El nivel de las acusaciones de la comisión independiente tiene el potencial para que se tambaleen los cimientos del deporte ruso. "El 9 de noviembre de 2015 es posiblemente el día más oscuro en la historia del atletismo ruso", escribió el diario Sport Express.

Tras las revelaciones del documental de la cadena alemana ARD Dossier secreto dopaje: cómo fabrica Rusia a sus ganadores hace casi un año, la imagen del atletismo ruso ha recibido muchos y duros golpes.

Las acusaciones de un sistema de dopaje promovido por el Estado son cada vez más abrumadoras. Incluso los servicios secretos del país (FSB) habrían participado en el escándalo según el informe. Las consecuencias para el atletismo ruso podrían ser desastrosas: expulsión de Rusia de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), la prohibición de que los atletas participen en los Juegos de Río y la suspensión de por vida de varias estrellas y entrenadores.

El Kremlin amaneció ayer rodeado de nubes bajas. El tiempo nublado del otoño evitó que el sol alumbrara las famosas cúpulas de la sede central del Gobierno de Rusia, que reaccionó a la defensiva. "Siempre que se hagan acusaciones hay que tener alguna evidencia. Mientras no haya pruebas, es difícil reaccionar ante unas acusaciones que parecen no tener fundamento", dijo Dmitri Peskov, portavoz del poderoso presidente ruso, Vladimir Putin, según la agencia de noticias Tass.

El Ministerio de Deportes, por su parte, instó a la comisión independiente de la AMA a probar sus investigaciones "con hechos y pruebas reales".

Rusia, sin embargo, anunció que estudiará el informe. La IAAF dio a Moscú una semana para dar una respuesta a las investigaciones. Pero como en la Federación rusa no hablan muy bien inglés, el estudio tardará algún tiempo, explicó Selishenko. El influyente Mutko podría ser, según el informe, uno de los ejes centrales del escándalo. El Kremlin, no obstante, no quiere saber nada de una posible dimisión. "Es nuestro ministro", dijo Peskov.

No sólo Rusia sale salpicada del escándalo. El COI suspendió ayer de forma provisional a Lamine Diack, ex presidente del atletismo mundial y miembro de honor de la organización olímpica, por su presunta implicación en un escándalo de dopaje, al haber aceptado sobornos para ocultar casos positivos.

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