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Rusia y el meldonium, un serial sin fin

  • La lista de dopados sigue creciendo y comienza a haber voces críticas en la opinión pública rusa

A cinco meses de los Juegos de Río, el deporte ruso se enfrenta a una debacle. La lista de deportistas de alto nivel que dan positivo por el ya famoso meldonium crece día a día. La confesión de Maria Sharapova fue sólo el principio. Luego llegaron el patinador de velocidad Pavel Kulishnikov y el voleibolista Alexander Markin y ayer se unieron tres patinadoras sobre hielo, aunque también están afectados el patinaje artístico, las pesas y el ciclismo.

Además, la Federación Rusa de Atletismo está actualmente suspendida por las revelaciones de dopaje sistemático y aún es una interrogante su participación en los Juegos de agosto. Podría darse que la orgullosa potencia deportiva tuviera que presentarse con un equipo de circunstancias, sin grandes estrellas.

"Estamos viendo cómo en este escándalo están cayendo deportistas con cuyos éxitos contábamos en los Juegos", dijo el vicepresidente del Parlamento, Igor Lebedev, que pidió ayer mismo una reunión extraordinaria del Comité Olímpico nacional para tratar la crisis del meldonium.

Desde que una comisión independiente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) revelara en noviembre prácticas dopantes sistemáticas en el atletismo ruso, Moscú empezó a reformar el trabajo de sus laboratorios. Sin embargo, las acusaciones no se ven como un problema, sino fundamentalmente como una conspiración de Occidente contra Rusia.

El presidente de la Federación rusa de patinaje de velocidad, Alexey Kravzov, aseguró incluso que el meldonium se le había endosado falsamente a los deportistas de su país. La sustancia, comercializada en Europa del Este bajo el nombre de Mildronate, estaba permitida hasta final de 2015 y se vendía sin receta, como un suplemento para fortalecer el corazón. Los deportistas esperaban de él una circulación más fluida de la sangre y mayor resistencia física y mental.

Además, se trata de una sustancia de fácil acceso y con un precio bajo, nada que ver con los sofisticados cócteles de la época de Lance Armstrong: se calcula que un comprimido de Meldonium ronda los dos euros.

Poco antes de la prohibición, laboratorios rusos encontraron rastros del meldonium en 724 de 4.316 pruebas de orina. La obligación de informar a entrenadores, médicos y deportistas sobre las nuevas directrices de la AMA era de las federaciones.

Por eso crece el enfado entre algunos dirigentes rusos. El consumo de meldonium está tan extendido que no se trata sólo de entrenadores o médicos aislados, dijo el diputado Vassili Shestakov, del partido oficialista Rusia Unida. "Me inclino a ver la culpa de estos sucesos en todo el colectivo de entrenadores", dijo el político, que también apunta a la falta de prevención de las federaciones. "Los dirigentes han fracasado en eso".

El diario Sport-Express ve a Rusia ante una encrucijada. "¿Consideramos realmente el dopaje como algo malo y un peligro para la salud de la nación, que pesa más que nuestras posibles victorias?", editorializó.

El periódico pide que se haga algo "en serio", ya que no basta con calificar las acusaciones siempre como "una campaña antirrusa en el mundo del deporte".

Al máximo nivel, sin embargo, la autocrítica encuentra un límite. "Se trata de deportistas aislados y casos aislados", dijo en Moscú Dimitri Peskov, portavoz del presidente Vladimir Putin. "Lo sentimos, por supuesto, pero no se puede trasladar la situación a todo el deporte ruso".

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