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Saber sufrir es sinónimo de salvación

SABER sufrir es sinónimo de salida de los puestos de descenso, de salvación. Sé que no va a ser fácil, pero las dinámicas con que afrontan los equipos estas jornadas finales te dicen mucho. Y aquí, como la del Málaga, creo que ninguna. Se ve que va con mucha moral, está fuera de los puestos de la quema y ahora hay muchos equipos implicados en esta emocionante y dura pelea. Con la inercia que lleva, sobre todo comparándola con sus rivales más directos, estoy convencido de que el Málaga se va a salvar. Aunque el paso casi definitivo será este domingo si se logra vencer al Hércules, lo que implica que ellos no sumen. Fíjense si es importante esta victoria, que, además, ya estaríamos con un colchoncito. Quién lo diría jornadas atrás.

Pero para llegar a esto se tuvieron que lograr ayer tres puntos vitales. En los primeros minutos se vio que el Racing tenía que ir a por el partido. Tuvo algunas ocasiones, incordiaba a la defensa del Málaga. Sobre todo Giovani, que se metía entre líneas a la espalda de Recio y de Apoño, para crear algún problema. Menos mal que estaba Caballero.

En este inicio el Racing cargaba mucho el juego por su izquierda, la parte que defendía Manolo. Sacaron algunos centros, pero por suerte sin mayor trascendencia. Había mucho espacio entre líneas y el centro del campo del conjunto cántabro por momentos triangulaba. La pelota la tenía el Málaga pero no creaba ocasiones de gol. En cambio, el Racing supo aplicarse a la contra.

Todo esto duró hasta el minuto 19 y el cabezazo que Rondón estrelló en el larguero. Aquí ya empezó el Málaga a llevar el peso del partido. Tiró buenas paredes, trianguló bien y el venezolano tuvo otra gran ocasión. El Málaga ya tenía el control, la posesión y el peso del partido. Creo que era lo que Pellegrini les había pedido a sus jugadores. No deja de ser una técnica utilizada por los entrenadores para beneficiarse de los apuros del rival beneficiándose de la presión que crea el público al equipo local cuando las cosas no le salen rápido.

El Málaga ya era el dueño del partido. Después vino el golazo de Baptista, por toda la escuadra desde unos 30 metros. La afición necesitaba un ídolo, un referente. El mismo equipo parecía también que lo pedía a gritos. Y el brasileño demuestra que puede ser ese estandarte. De una chilena suya en el lateral del área salió el segundo gol, de un Sebastián Fernández al que veo mejorado desde el retorno de Baptista. El que las defensas se fijen más en él y en Rondón hacen que el uruguayo salga beneficiado. Hasta le veo menos presionado por aquello de que en el verano resultara el fichaje más llamativo del equipo por lo que costó.

En la segunda parte Pellegrini quiso cerrar el centro del campo con los cambios. Y el Málaga pudo matar el partido en una contra muy bien llevada por Baptista y Duda que Sebastián Fernández no acertó a finalizar. Con uno más en el centro del campo, como Camacho, considero que perdemos en la presión arriba. Como vemos, Rondón es muy importante para el equipo, pues fija a los centrales y a la defensa y sólo su presencia causa un respeto a las zagas contrarias. Con él se llega con más peligro.

Incluso teniendo más un jugador en el centro del campo, Marcelino volvió a recuperar el peligro con un par de cambios. Introdujo a Arana por la derecha y a Luque por la izquierda. Hay que decir que este niño de la cantera del Racing estuvo bien. Hizo una muy buena jugada que acabó en el 1-2 de Rosenberg. Tras el gol del delantero sueco hemos tenido alguna ocasión que otra pero nos tocó más sufrir. Y el Málaga supo hacerlo, que es importante. Más cuando los dos se estaban jugando tanto. Mantener el resultado ha sido muy importante.

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