El Atlético de Madrid ha cambiado radicalmente su cara y un nombre aparece hoy como responsable de la reacción: "San Diego Pablo Simeone", el artífice del milagro. El conjunto rojiblanco, tan deprimido hace sólo cuatro semanas, sumó 10 de los últimos 12 puntos para situarse sexto en la Liga BBVA, igualado con el Athletic de Bilbao, y a sólo dos puntos de las posiciones de Liga de Campeones.

Nadie lo podía imaginar a comienzo de año, cuando el Atlético de Madrid comunicaba la destitución de Gregorio Manzano tras dejar al equipo fuera de la Copa del Rey y más cerca de los puestos de descenso que de los europeos.

El club, en una maniobra casi desesperada, contrató a Simeone, consciente de su carisma entre la hinchada rojiblanca después de aquellos años felices, sobre todo el 96, el del doblete. Y, de momento, nadie puede sentirse defraudado.

"San Diego Pablo Simeone", escribió ayer el diario Marca, concediendo al técnico argentino un poder casi sobrenatural después de levantar a un equipo caído. "Un milagro exprés", apunta el periódico As.

De tal forma que el Atlético de Madrid volvió a parecerse a sí mismo: pasó de la angustia a la euforia desbordada. Tanto que muchos reclaman el derecho a aspirar a cazar al Valencia, tercer clasificado, con siete puntos de ventaja sobre los rojiblancos y próximo rival en la Liga.

Cuando Simeone llegó al Atlético de Madrid, pronunció el discurso que más o menos esperaban defensores y detractores: "Prefiero tirar una vez y ganar".

Realmente, su mayor preocupación estaba en detener la sangría defensiva de un equipo que no paraba de encajar goles. Y lo consiguió: ningún tanto recibido en cuatro encuentros, el primero un empate a cero en Málaga.

Además, el equipo consiguió hacer buen fútbol cuando la ocasión lo permitió. Así, ganó 3-0 al Villarreal y 0-4 en el campo de la Real Sociedad.

Y para otro tipo de partidos, más rudos, Simeone también preparó al equipo para competir. Como sucedió en lunes con su triunfo 0-1 en casa de Osasuna, tras un partido lleno de fricciones, patadas y lucha, de esos que tanto le gustaban al Simeone futbolista.

De paso, la directiva del Atlético de Madrid, tan señalada por sus propios hinchas, comenzó a respirar. "La verdad es que en estos momentos el equipo tiene mucha intensidad, quiere jugar y trabaja los 90 minutos de partido", dijo ayer Enrique Cerezo, presidente del club.

Ahora el gran reto de Simeone es sostener esta reacción y que el Atlético de Madrid no vuelva a la angustia, a otro ciclo de su alterable estado de ánimo, tan voluble a lo largo de su historia. Por lo pronto, el técnico argentino sacó al enfermo de la cama y ya respira bien.