Conciso pero rotundo. Sergio Scariolo, primero en un fluido italiano, posteriormente en un español con acento más lánguido, analizó la derrota con la prisa de volver al hotel tras acabar el encuentro. No obstante, por encima de todo quiso dejar un mensaje de optimismo: "No son tanteos irrecuperables. Sabíamos que empezando con dos partidos fuera de casa esto podía pasar".

En cuanto al juicio por la derrota, halló causas puntuales para justificar el amago sin golpeo cuando el Unicaja se acercó a la remontada: "La presión muy fuerte contra nuestros pequeños, que no pudimos separar, fue decisiva. No pudimos jugar como queríamos, siempre con nuestro cinco dentro de la pintura, porque, por un lado, Santiago se cargó de faltas y, por otro, Ndong se lesionó. Los tiros libres en la segunda mitad y algún rebote ofensivo tras haberlos puestos en dificultades con la zona hicieron que se nos fueran a ocho puntos que nos impidieron ponernos cerca al final".

En un desarrollo similar a lo acontecido en el Palau Blaugrana en la primera jornada del Top 16, el bresciano lamentó que el equipo "perdiera claras ocasiones de contraataque cuando ellos estaban sufriendo más en la segunda mitad". Igualmente, le sentó especialmente mal que algunos de los rebotes ofensivos del conjunto romano alargaran sus ataques. "Se han escapado vivos merced a posesiones de 24 segundos cuando se hicieron dueños de algunas pelotas sueltas. Hemos luchado en los minutos finales, como siempre, pero al final queda como frustración", dijo con una palpable tristeza, máxime cuando la actual clasificación del grupo G deja a CSKA y Lottomatica con dos victorias y al Unicaja y al Barcelona con su casillero de triunfos virgen.

A pesar de que alguna que otra jugada se quedó en la película de la polémica, Sergio Scariolo quiso pasar de puntillas acerca de la labor del trío arbitral, como suele acostumbrar. "Bueno, esto es lo que hay. Tenemos que pensar en lo nuestro, aunque hubo alguna decisión más discutible que discutida", explicó.

Sin casi tiempo para digerir la desilusión, el preparador del Unicaja intentó mentalizar a sus jugadores para que pongan el chip liguero rápidamente y piensen en la dificultad que les aguarda el domingo. "Tenemos que pensar desde ya en lo nuestro. Hay que poner la cabeza en el Menorca, que nos va a plantear un partido complicado. Hay que recordar que ya nos ganaron en la ida, así que no hay que descuidarse", anunció.