El subcampeón del mundo de 3.000 metros en pista cubierta, Sergio Sánchez, confesó que, en este momento, le da "vergüenza vestir la camiseta de la selección española", al hilo de la absolución Alemayehu Bezabeh por su relación con el dopaje.

"Para mí, ahora mismo, presentarme en una competición internacional con la camiseta de España dañaría mi imagen", aseguró el fondista español, que se mostró dolido con el trato que él y otros compañeros han recibido en comparación con las facilidades dadas a Bezabeh para nacionalizarse español "a toda velocidad y sin hablar el idioma, porque fue una nacionalización política".

En este sentido, el leonés dijo sentirse "indignado" con que ahora se pretenda perdonar al atleta de origen etíope, "a pesar de que lo pillaron con la bolsa de sangre en la mano, con el argumento de que no sabía lo que hacía, porque aún no domina bien el castellano".

Sergio Sánchez recalcó que, mientras a él le someten a tantos controles que está "acostumbrado a desayunar casi a diario con los vampiros (los inspectores antidopaje)", Bezabeh ha gozado de "impunidad para doparse todo lo que ha querido y más", porque se entrenaba en Etiopía y sólo le controlaban al volver a España.

"Soy subcampeón del mundo y tengo dos récords de Europa, y aun así no tengo beca olímpica del plan ADO. Y Bezabeh y mucha gente involucrada en la Operación Galgo sí. ¿Con qué ilusión puedo ponerme la camiseta de la selección española? Con ninguna", reconoció el atleta, que está planteándose no ir a los próximos Mundiales de Daegu (Corea del Sur): "Si pudiese, me haría catarí mañana".

En una nota publica, la RFEA ha solicitado a su Comité de disciplina la apertura del expediente con objeto de estudiar y valorar si estas declaraciones son constitutivas de infracción de su reglamento disciplinario. Sergio Sánchez, pidió también a Jaime Lissavetzsky que asuma su responsabilidad por el dopaje de Alemayehu Bezabeh. Sánchez dijo que parece que no se cuenta con él para los Juegos Olímpicos, por lo que sólo desea poder competir en Londres, ganar en una medalla y regresar con ella para que le reciba el ya ex secretario de Estado para el Deporte. "Entonces le pegaré un tortazo con la medalla en toda la cara y le diré: esto lo he conseguido gracias a la ayuda de mierda que me has dado, que es nada", dijo con dureza en la emisora cántabra OID.

Sánchez fue a más e instó al resto de atletas a que se nieguen a competir en las pruebas donde esté Bezabeh: "Es la única forma que tenemos de expresar nuestra repulsa y justicia".