Tenis l Masters Series de Madrid

Simon sorprende a Nadal

  • El balear, que acabará 2008 como número uno del mundo pese a la derrota, cayó ante el francés por 3-6, 7-5 y 7-6 · Su rival en la final será el escocés Murray, que se impuso a Federer por 3-6, 6-3 y 7-5

El francés Gilles Simon, un especialista en salvar bolas de partido, venció a Rafa Nadal por 3-6, 7-5 y 7-6 (6) de forma agónica en un partido casi interminable de tres horas y 22 minutos, y luchará contra el británico Andy Murray, verdugo del suizo Roger Federer en la final del Masters Madrid.

El tenista balear no pudo alcanzar por segunda vez la final de la capital española (2005), y eso que dispuso de 4-2 y saque en el tercer set. Salió a la cancha gracias a los cuidados de su fisioterapeuta, Rafael Maymó, que trabajó a destajo su hombro izquierdo, pero se encontró con una roca llamada Simon, un hombre que para llegar a la final ha levantado hasta seis bolas de partido en contra a lo largo del torneo, cuatro contra el ruso Igor Andreev en la primera ronda y dos ante el estadounidense Robbie Ginepri, en la tercera.

Nadal llegó al partido sumando 80 victorias esta temporada, algo que sólo tres jugadores han logrado desde 2000. Soñaba con regresar a la final de Madrid, un torneo que ganó en 2005 al vencer en un épico partido al croata Ivan Ljubicic, pero desperdició demasiadas ocasiones y únicamente logró dos puntos de rotura de los 22 que dispuso. Eso lo pagó caro.

Se medirá Simon con un jugador "convertido ya en hombre", como definió el suizo Roger Federer a su verdugo, el escocés Andy Murray, que con 14 aces se impuso por 3-6, 6-3 y 7-5, vengando la derrota que el de Basilea le infligió en la final del Abierto de Estados Unidos hace un mes.

Gilles Simon, entrenado por su compatriota, el ex jugador Thierry Tulasne, se mostró como lo que es, un jugador peligroso, inasequible a la derrota hasta el final. Vestido siempre de amarillo esta semana, ha sido capaz de vencer a Federer en la segunda ronda de Toronto este año y de doblegar a Novak Djokovic en la segunda de Marsella, y ante el de Manacor esgrimió de nuevo sus armas, haciéndose con el segundo set después de salvar siete breaks.

En el interminable segundo juego del tercer parcial, Nadal comprobó cuán reacio a aceptar la derrota es Simon. El español desperdició seis oportunidades para quebrarle y sólo hasta el sexto (4-2) pudo romperle y derrumbar la resistencia del francés. Pero esa ventaja se diluyó en el siguiente con la rotura del francés. Físicamente desgastados (sólo hubo cinco saques directos en el partido, y entre los dos) por los duros intercambios, se llegó al desempate, y Simon fue el más regular en el tramo final del partido cuando el cansancio hacia mella en los dos. El mallorquín salvó una primera bola de partido, pero no la segunda, con un revés largo que se fue fuera por poco, y el punto se resolvió cuando el juez de silla, el brasileño Carlos Bernárdez consultó el Ojo de Halcón, cuando a los dos jugadores ya no les quedaban más reclamaciones.

Pese a todo, Nadal se aseguró mantener el número uno mundial hasta el final de 2008 gracias a la inesperada derrota de Federer ante Murray, que le hizo del mal, el menos, ya que el suizo ya no podrá alcanzarlo en el ranking ATP, pase lo que pase en adelante.

Y es que el británico logró su tercera victoria en cinco encuentros sobre el de Basilea, demostrando su valía en una prueba tan dura. El helvético siempre dice de él que es un jugador con brillante futuro, capaz de no arrugarse ante la adversidad. Y lo demostró con creces.

El británico lo probó cuando desperdició tres puntos de rotura en el tercer juego del último set contra el suizo. Cualquiera se hubiera hundido después, pero no el ex discípulo de Álex Corretja, que con una estrategia bien definida, sacando siempre a la derecha de su rival, rompió en el undécimo para rematar luego a la primera oportunidad cuando un Federer frustrado envió su revés a la red.

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