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Sólo mejoró el césped

  • El tapete de La Rosaleda ofreció una mejor imagen, todo lo contrario que el equipo · Faltó frescura y las sensaciones fueron preocupantes ·Volvió a marcar Saviola y Onyewu no estuvo acertado en su debut liguero

Una semana después se volvió a repetir la historia en La Rosaleda. La derrota ante la Real quita el cartel de accidente a la que se sufrió hace siete días ante el Rayo Vallecano y sumerge al equipo en un ambiente muy distinto al que llevan viviendo desde que comenzó la temporada. De hecho, lo único que sí mejoró con respecto a la jornada anterior fue el césped de Martiricos. Ofreció un mejor aspecto al tapete levantado y dañado que se vio contra el conjunto madrileño. Eso sí, aún puede estar mejor, pues no tiene nada que ver con el espectacular estado de principios de curso. Aunque su mejora no vino de la mano del equipo, que volvió a tener lagunas y errores defensivos que permitieron a la Real marcharse en positivo por cuarta temporada consecutiva.

El Málaga está aprendiendo a marchas forzadas que la Champions pasa más factura de la esperada. 2 puntos de 12 es su balance desde que inició la fase de grupos. El cansancio y la acumulación de partidos empieza a hacer mella en un equipo que cuenta con un fondo de armario demasiado limitado. La victoria in extremis ante el Valladolid ya dejó entrever esa falta de frescura. Desde entonces, el equipo de Manuel Pellegrini no ha saboreado las mieles de la victoria. Un empate en Cornellá ante el Espanyol y dos derrotas consecutivas en casa ante Rayo Vallecano y Real Sociedad, ambas con una imagen algo preocupante del equipo. Entre medias, las tablas de San Siro, donde se sufrió en exceso en la última media hora de encuentro para lograr el pase a octavos. En resumidas cuentas, 4 puntos de los últimos 15 que han dejado al Málaga fuera de los puestos Champions.

La falta de frescura es evidente, y el calendario no pretende ofrecer una mínima tregua. Mañana se marchan los internacionales con sus respectivas selecciones y el sábado una nueva prueba en el Reyno de Navarra ante Osasuna. Después llega la Copa, el Valencia y el viaje a San Petersburgo. Así hasta el 2013.

Quizá, la mejor noticia fue el gol de Saviola. El Conejo pudo atrapar al fin su particular zanahoria, tras varios partidos sin marcar. La cruz la vivió Onyewu, que debutaba en Liga y le tocó bailar con la más fea. Se vio superado y regaló sin querer el segundo gol a Xabi Prieto. Al parecer, Capitán América no estuvo de guardia anoche en La Rosaleda.

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