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Sólo quedan los números

  • Incapaz El Unicaja supo reponerse a una desventaja de 14 (42-28), pero no remató Futuro negro La derrota obliga a machadas ante CSKA y Prokom

Yace moribundo el Unicaja en su versión europea. Las matemáticas son el último asidero para creer en lo que hoy es una entelequia. Parece temerario hablar de carambolas que rozan con lo utópico cuando un equipo es incapaz de ganar en Kaunas. Es lo que urgía para reparar el roto del Prokom. Pero no, el Zalgiris venció (89-84) y las opciones del Unicaja pasan por remontar averages casi imposibles. Rara vez se encontrará el equipo malagueño un Top 16 tan asequible. Pero en esta fase un error capital se paga carísimo. Queda ganar a CSKA y Prokom por tanteos amplios y esperar resultados favorables, que el Zalgiris se meta en la lucha. Si los rusos vencen en el Carpena el miércoles, adiós.

No fue un buen partido del Unicaja, que se mantuvo en el mismo pese a atravesar un bache profundo en el segundo cuarto (42-28) que le alejaba del encuentro. Se observaron buenas maneras de Freeland, Dowdell, algún repunte del mejor Berni. Pero conceder 89 puntos ante un equipo que habitualmente promedia 67 es sinónimo de condena. Es difícil anotar más de 90 puntos en Europa. Y es la barrera que situó el equipo lituano.

Juega el Zalgiris, es día de fiesta en Kaunas. Los niños salen del colegio con la bufanda, en los centros comerciales se anuncia el partido con profusión y en el vetusto pero entrañable S. Darius y S. Girenas corre la cerveza Tauras a discreción. Es la última oportunidad de su equipo, orgullo de la ciudad, símbolo del nacionalismo lituano en la era soviética, para seguir vivo en Europa. Suena el himno nacional de manera sobrecogedora y el Zalgiris juega. Marca un ritmo anotador que el Unicaja sostiene en los primeros escarceos (14-14), con los pivots británicos haciendo daño en la pintura, pero Martynas Pocius empieza a escorar el partido del lado de su equipo.

El blue devil (diablo azul) de la Universidad de Duke se vestía ayer de verde y concentraba 13 puntos (tres triples y un dos más uno) en apenas siete minutos para poner tierra de por medio de manera cada vez más peligrosa (39-26). Tenía momentos de cordura ofensiva el Unicaja, con buenas lecturas de Berni Rodríguez de las posiciones de los pivots. De hecho, el ritmo anotador debía valer para estar plenamente en el encuentro. 41 puntos al descanso es una cantidad seria en Europa, sobre todo cuando enfrente está el segundo equipo menos anotador de los que esta vivos en la competición. Promediaba hasta ayer 67 tantos el Zalgiris, sólo el Partizan está por debajo de esa cota. Pero la defensa cajista era incapaz de detener la producción ofensiva, sobre todo de los exteriores rivales (50 puntos en 20 minutos). Aíto mandó presionar y probó la zona 3-2 con Jiménez en la punta. Se tapó mejor a Pocius, pero ahí apareció Salenga, verdugo del Unicaja en su etapa en el Akasvayu, para recoger el testigo en la anotación. Entre él y Pocius sumaban 27 puntos al descanso. Demasiados. Gomis y Blanco habían disfrutado de sus primeros minutos desde el año pasado. Una buena entrada del asturiano acabada con la izquierda fue su bagaje en su primera irrupción.

Marcus Brown, desaparecido en el primer tiempo, recordó con un triple en la primera jugada del segundo tiempo, que siempre puede estar ahí, detrás de la esquina. Como cualquier francotirador. Kalnietis mataba en un contragolpe y mantenía la distancia de seguridad (59-47), antes de que el encuentro entrara en un vaivén. Parcial de 2-10 para el Unicaja, con estelares papeles para Dowdell, defendiendo desde la posición de dos y compartiendo pista con Cook, y Freeland, dañino en la zona rival con diferentes movimientos. Respondió el Zalgiris con su pareja exterior en la onda y Dowdell, con un tres más uno y dos tiros libres, comprimía el partido para el Unicaja como no lo había hecho desde el primer cuarto (68-65). Minutos siderales de Dowdell, que había enganchado al Unicaja al partido.

Cuarto final, la suerte del partido en juego. Las defensas ya no eran tan permisivas. Brown, de nuevo, da primero (71-65), pero el Unicaja responde con un parcial de 0-7 consumado por Cook que la da la primera ventaja (71-72) al equipo malagueño desde los albores del encuentro. Equilibrio total (79-79) a falta de tres minutos, pero eclipse ofensivo cajista pese a que el Zalgiris concedió opciones. Capin, la tercera punta del tridente ofensivo, fue el ejecutor. La vida europea del Unicaja pende ahora de un hilo. Una lástima.

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