Serbia consiguió acceder a la gran final del Europeo que se celebra en su país tras derrotar a Croacia (26-22), en una semifinal balcánica en la que los serbios basaron su victoria en una gran segunda parte, donde sobresalió Momir Ilic, que finalizó el encuentro con ocho goles.

La selección croata plantó cara e incluso fue mejor que Serbia por momentos durante la primera mitad. La buena actitud defensiva propició que Croacia fuera dominando prácticamente los 30 primeros minutos, que concluyeron con la victoria momentánea de los croatas por un gol (13-14).

Sin embargo, durante la segunda mitad la presión del público presente en el Belgrado Arena hizo bajar el rendimiento de los croatas, que encajaron un parcial de 3-0 en los primeros minutos del segundo acto. Pese al acierto ofensivo de Kopljar, Croacia vio cómo poco a poco los locales se iban alejando en el marcador gracias sobre todo a la espectacular actuación del portero serbio Stanic hasta el final.