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Sueño de alto riesgo

  • El Málaga abre una ilusionante Copa del Rey en un Riazor de ambiente enrarecido tras la muerte del ultra deportivista Los radicales serán reubicados Momento para 'Memo' Ochoa

La lamentable reyerta entre ultras del Atlético de Madrid y el Deportivo de La Coruña y sus fatales consecuencias de un asesinado han desplazado todo el foco futbolístico sobre la problemática de la violencia en los estadios y las relaciones de las grupos radicales con los clubes. Con esta coyuntura de fondo aparecen la Copa del Rey y el Málaga como actores secundarios, al disputar el conjunto de Javi Gracia su primera eliminatoria del torneo del KO contra el conjunto deportivista. Bajo un ambiente absolutamente enrarecido y sin haberse hablado apenas una palabra del encuentro se ven las caras esta noche Málaga y Deportivo en Riazor. Parece un partido que se va a celebrar sin querer. Los incidentes acaecidos en Madrid han tenido efectos inmediatos sobre un choque que tendrá réplica pocos días después en el mismo escenario, en esa ocasión en Liga. Lo que para el Málaga es un sueño ha empezado siendo de alto riesgo.

Porque de alto riesgo ha sido catalogado por Antiviolencia el encuentro entre malaguistas y deportivistas, también los partidos coperos Hospitalet-Atlético y Rayo Vallecano-Valencia. La catalogación de alto riesgo, además de fortalecer el cuerpo policial, obliga a reforzar también por parte de los clubes, según la ley, aspectos como el sistema de venta de entradas, la separación de las aficiones rivales en zonas distintas del recinto y el control de acceso para el estricto cumplimiento de las prohibiciones existentes. En este sentido, el Deportivo anunció ayer que se cerraría la grada de Riazor Blues (Maratón Inferior) de forma "simbólica y provisional" para los dos encuentros contra el Málaga. Un cierre que, no obstante, no implica la no presencia de Riazor Blues en el estado coruñés: horas después el Deportivo comunicó que se reubicarían los aficionados de Maratón Inferior en otros sectores del campo deportivista.

Poquísimo debate ha suscitado un encuentro que, en clave costasoleña, resulta más que interesante por las posibilidades que se le abrieron al Málaga en esta edición de Copa. Ni Madrid, ni Barça, ni Atlético han caído en el lado del cuadro del conjunto de Gracia. El técnico no mira más allá del emparejamiento contra el Deportivo, pero por vez primera en muchos años hay cierto poso para de verdad pensar en alcanzar cotas altas en un torneo que tradicionalmente ha generado más ilusión que éxito. Lo más alto que llegó el Málaga en Copa fue a las semifinales de la 72/73, Viberti mediante.

El partido contra el Depor también aparece tras dos derrotas consecutivas en las que, pese al mal resultado, se ofreció una imagen más que digna ante campeón y subcampeón de Europa. Los de Víctor Fernández, más allá de los altercados sucedidos en Madrid el pasado fin de semana, no están para tirar cohetes. El cuadro gallego no gana desde hace casi un mes y medio y se ubican en puestos de descenso. Eso hace indicar que Víctor Fernández no usará sus titulares frente a un Málaga que, con tanta baja por lesión, no sacará un once muy distinto al de Liga.

Quien causa expectación es Guillermo Ochoa. El portero azteca tiene la oportunidad de confirmar su pujanza tras vivir el arranque del campeonato a la sombra de Carlos Kameni. También hay jugadores que tienen la opción de reivindicarse, como Luis Alberto o Portillo. Otros, como Rescaldani, se enmarcan más bien en la categoría de sorpresa, aunque cuenta con números para ser titular y ofrecerle descanso a Santa Cruz. No será una alineación muy revolucionaria y mantendrá el esqueleto de un Málaga que arriba en Riazor en un momento muy poco propicio.

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