Cuando la primera competición del balonmano femenino nacional quedó congelada en el pasado mes de marzo, el Rincón Fertilidad y el Rocasa Gran Canaria sólo estaban separados por un par de puntos. Las malagueñas eran quintas en la clasificación que comandaba el Bera Bera, único conjunto invicto de la categoría en las 16 jornadas disputadas hasta entonces. La crisis provocada por el COVID-19 y las medidas de seguridad requeridas por el deporte profesional aplazaron la celebración de la Copa de la Reina que ahora se jugará seis meses después del último partido oficial. Todo un handicap para los equipos que han visto como la cita de Alhaurín de la Torre se ha convertido en todo un reto para los preparadores y toda una incógnita para los aficionados.
"Lo cierto es que es difícil valorar a cualquiera de los rivales de la Copa de la Reina porque todos llegamos en unas circunstancias muy especiales, sin competir desde marzo. Mi principal preocupación es mi equipo, que consigamos llegar bien a esa primera semana de septiembre y seamos capaces de dar un buen nivel para ser unos dignos anfitriones", explicó después del sorteo el entrenador de las malagueñas Suso Gallardo que añadió: "Estoy seguro que el partido ante un grande del balonmano femenino como es el Rocasa Gran Canaria será muy igualado, se decidirá por pequeños detalles y hay que trabajar bien para ese día minimizar los errores, que pueden ser claves".
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