Nada ha sido igual desde que el Unicaja regresara de Vitoria a principios de febrero. En la capital alavesa, el equipo malagueño escribió otro capítulo de impotencia ante el Tau cayendo en los cuartos de final de la Copa del Rey. Los de Scariolo se presentaron en la cita copera tras enmendar su mal inicio de temporada y con la esperanza de hacer algo grande en la capital vasca. Comparecieron en un buen momento de forma, después de encadenar cuatro victorias consecutivas en la ACB y de ganar seis de sus últimos siete partidos. Las sensaciones eran positivas y la lucha por el primer título llegaba en un momento dulce. Pero apareció Muoneke y un triple que no entraba en el guión y la aventura no fue más allá del primer día.

El golpe parece haber afectado a la moral cajista, que desde entonces no levanta cabeza. Seis victorias y ocho derrotas es su balance desde entonces entre Euroliga y Liga ACB, lo que ha supuesto decir adiós a la máxima competición continental y descolgarse definitivamente de los puestos de cabeza en el torneo doméstico. Su balance en la ACB es de tres victorias (Estudiantes y Granada en casa y Grupo Capitol a domicilio) y cinco derrotas (Fuenlabrada y Tau en casa y Menorca, Real Madrid e Iurbentia a domicilio) y, aunque mantiene la séptima plaza que ocupaba antes de la Copa, la distancia con los equipos que le preceden en la tabla ha aumentado considerablemente. Si antes el hueco era de dos triunfos con la segunda plaza y de cuatro con el líder (Real Madrid), ahora es de seis victorias respecto al segundo (DKV) y nueve con el Madrid.

La doble lesión de Cabezas, aún ausente, los continuos problemas físicos de Berni Rodríguez y la escasa aportación de Terrel Castle, cuyo fichaje se anunció justo después de la Copa, han sido algunos de los handicaps en este deficitario tramo. Problemas que deben resolverse en las seis jornadas que restan para la llegada del play off por el título, cuya presencia aún debe asegurarse.