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Triplete para Degenkolb

  • El alemán se impuso al sprint en las calles de Logroño para sumar su tercer triunfo de etapa Contador conserva el maillot rojo sin dificultades

John Degenkolb anotó el primer triple de la Vuelta al imponerse en la duodécima etapa, que se desarrolló en un circuito de Logroño, donde una caída anuló a sus rivales directos, aunque no afectó al liderato de Alberto Contador.

Degenkolb deshizo el empate con Nacer Bouhanni, esta vez con menos oposición, pues una caída eliminó a su rival, con quien tenía que batirse en duelo. Antes de anotar el triple ganador, el alemán superó a Tom Boonen y Jacopo Oliver.

Mientras se disputaba el sprint en petit comité, por detrás se produjo una buena montonera que cortó el pelotón. Sin consecuencias para nadie, ni físicas ni de tiempo, y con los favoritos a salvo de una jornada de transición hacía la montaña. Los que luchan por el triunfo final también se cortaron, pero los jueces dieron a todos el mismo tiempo. Contador, que estuvo muy adelante hasta que se lanzó el sprint, luce el jersey rojo con 20 segundos de ventaja respecto a Alejandro Valverde y 1.08 minutos sobre Rigoberto Urán.

Logroño recibió a la Vuelta con una etapa llana, cómoda aún con los peligros de un circuito de 20 kilómetros al que había que dar ocho vueltas. Aun así, ofrecía un respiro. A los ciclistas no les suele agradar eso de las etapas de transición, porque para que ruede la bici hay que dar pedales, y además el calor aprieta. Pero lo que termina por darles la razón es que a pesar de que terminaron por debajo de la peor media de velocidad (39,7 kilómetros por hora) pueden pasar cosas, como una caída. Justamente lo que sucedió.

Fue una etapa con denominación de origen, como los vinos de Rioja. Se cumplieron los pronósticos por mucho que un valiente se esforzara en realizar un viaje a ninguna parte. Ebrio de ilusión, de valentía, Matthias Krizek (Cannondale) se escapó nada más darse la salida. Abrió una ventaja de 10 minutos en el kilómetro 40 y fue alcanzado a 11 del final. Fue el único que rompió la monotonía de la jornada. Él y un perro que se metió en la carretera y casi causa un estropicio.

La Francaise de Bouhanni y el Giant de Degenkolb ya tenían que asumir sus responsabilidades, pero los intrusos salen como setas si hay intereses, incluso con favoritos a bordo. El Tinkoff llevó a Contador en cabeza y sólo se retiró del frente cuando el madrileño se sintió a salvo.

La Avenida de la Paz de Logroño fue el escenario del desastre de la caída, con algunos heridos, y de la guerra del sprint. A la batalla llegaron una docena de ciclistas. Faltaba Bouhanni, pero estaba el ilustre Boonen.

Atacaron desde lejos a Degenkolb, pero el alemán de Gera, de 25 años, progresó como un rayo para imponer la ley del más fuerte. La octava victoria en la Vuelta para un ciclista que quiso ser futbolista. El consejo de su padre para decantarse por la bici le ha permitido ganar la Gante Wevelgem y una etapa en el Giro.

Degenkolb ganó en la capital de La Rioja en su triunfal 2012. Dos años después brindó con un buen tinto por otra victoria. La que cumplió el guión en la ciudad de paso, tanto de la Vuelta como de los peregrinos.

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