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El Unicaja se lo cree (83-75)

  • El equipo de Plaza vive de las rentas tras un fabuloso primer cuarto para tumbar al Efes y ser tercero del grupo en solitario Dragic (24 puntos) y un grandioso Fran en defensa, claves.

Un sublime primer cuarto del Unicaja, en el que desplegó un juego espectacular y atestó el granero para vivir de las rentas 30 minutos, permitió al equipo de Joan Plaza demoler al Anadolu Efes (83-75) y ver en el horizonte el Top 8 como una proeza posible, perfectamente realizable. A cinco jornadas vista del final es tercero en solitario con un balance de 5-4, a tres triunfos del pase.

Las cuentas quedarán para otros días, ahora toca paladear un triunfo que se complicó por momentos, con una llamarada final amenazadora del indomable Kostas Vasileiadis. Pero el Unicaja quiso más que el talentoso pero impersonal equipo turco, caro pero sin alma, sin el brío que sí tiene el equipo malagueño, que cree y quiere hacer historia con el segundo pase al Top 8 en su trayectoria. Vale carísimo porque supone tumbar a varios transatlánticos. Pero se ha hecho acreedor, tras nueve jornadas, a pelear hasta el final.

El partido tuvo detalles mejorables para el Unicaja, que se agarró al "torito" Dragic, como le definió Granger tras el partido, y a un majestuoso partido defensivo de Fran Vázquez para que no se escapara un encuentro capital para seguir creyendo. No conectó apenas con el juego interior el equipo de Plaza, vivió de sus exteriores, primero al galope y después en estático. Y es que un torbellino arrasó el parqué del Carpena en el primer tiempo. En un pestañeo ganaba el Unicaja 8-1, 17-1 poco después, 24-3 en el minuto 7. El equipo local falló su primer tiro a canasta en el minuto seis, momento en el que el rival metió su primera canasta en juego. El balance defensivo turco era risible, las alas, Dragic y Kuzminskas, volaban para culminar contraataques, con Calloway manejando la batuta con soltura. Angelou quemaba dos tiempos muertos, pero aquello pintaba a exhibición de época. Otra vez muy bien Kuzminskas, enchufado desde el inicio. Del esguince de Dragic no había noticias. Los brazos de Fran Vázquez se hacían interminable para taponar o desviar tiros... En fin, minutos de videoteca en los que se concentraba la filosofía de Plaza en su plenitud. Seguramente serán imágenes recurrentes para explicar a sus jugadores qué quiere de ellos. Ayudó la pasividad inicial, no obstante, de los turcos, que más tarde fueron decorosos.

Comenzó la rotación y aquello derivó a peor. Lógicamente, las broncas del técnico griego surtieron algo de efecto. Aquello era una paliza y aún quedaba suficiente margen para evitarla. Se marchó el partido 29-11 al final del primer cuarto tras una máxima de 21 puntos (24-3) tras canasta de Granger, pero la tendencia ya había oscilado. A veces esa facilidad para anotar y marcharse de salida desconcierta y rompe guiones. Para los dos equipos. La tensión del Efes se elevó y la del Unicaja bajó. Tres minutos sin anotar, seis minutos sin meterla en juego. Granger estaba más acelerado de la cuenta y el equipo lo notaba. Y el Efes llamaba a la puerta con la maestría de ese derroche de talento no optimizado llamado Zoran Planinic, más taciturno aún en este algo impersonal Efes. Y la diferencia se rebajó hasta los ocho puntos al descanso (42-34), un partido abierto que parecía cerrado al final del primer cuarto. Pero es temerario aseverarlo con 30 minutos por delante.

A raíz de ahí, el mullido colchón que se tejió el Unicaja en ese frenesí inicial fue el punto de apoyo sobre el que gravitó el partido, con momentos de brillantez del Efes y con Dragic de cid campeador. Con su esguince a cuestas, con un hematoma en su articulación, el esloveno igualó su récord anotador con la camiseta del Unicaja. Fue esencial en un tercer cuarto en el que el equipo no veía aro, en el que la subida de nivel defensivo visitante fue notada. Como le pasó al Efes en el primer cuarto, el cuadro cajista tardó seis minutos en anotar en juego. Dragic templaba nervios (65-52).

Quedaba la descarga final de Vasileiadis, que quiso dejar su tarjeta de visita en el Carpena para el próximo verano aunque quienes mandan ya conocen sus ideas, con cuatro triples en el último cuarto. Hasta a cuatro puntos (71-67) se colocó el Efes. Pero ahí metió un triple Dragic salvador. En el intercambio final de canastas se lució Granger y el Unicaja amasó un triunfo que le coloca en un sitio privilegiado para, en un grupo diabólico, pelear hasta el último suspiro por una posición entre los ocho mejores de Europa.

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