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El Unicaja ejerce de líder

  • El equipo malagueño ofrece la misma versión liguera para demoler con solidez y precisión al Bilbao Granger y Kuzminskas guían Mañana espera el Barcelona

Son dos competiciones distintas pero cosidas por un hilo común. El Unicaja de la Liga, el líder de la ACB, fue el mismo en la Copa del Rey. Y cuando un equipo no se altera en estos escenarios, como sí sucedió el año pasado, es que el cuajo no es una pose, es real y palpable. El Unicaja de velocidad de crucero, el que le chupa la sangre al rival, el que no gana sobradísimo pero tampoco sufriendo en exceso. El retrato salió tan nítido como en el resto de la temporada. Y el equipo de Joan Plaza despachó al Bilbao Básket con la misma precisión que lo hizo hace un mes en un partido de Liga Endesa 86-78.

Sin estridencias, siempre a ese ritmo de poca alteración, pero muy alto para el rival terrenal. Y con el aderezo de los triples, con un acierto más allá de lo normal en el equipo ayer. Tanto, que se superó el récord de lanzamientos anotados en un partido copero por el club, 13. Hasta ocho jugadores sumaron alguno y ninguno fue Vasileiadis ni Germán Gabriel, habituales en esa suerte. Da idea de la coralidad de este equipo, en el que su potencial radica en la profundidad y en la poca diferencia entre titulares y suplentes. Se metieron tantas canastas de dos como de tres más 17 tiros libres. Todo vale, todo suman.

Varias buenas noticias en la presentación en sociedad copera del Unicaja en el helado Gran Canaria Arena. A lomos de Granger y Kuzminskas, dos jugadores con el brillo en la mirada y las manos calientes que requiere este tipo de competición, el equipo malagueño demolió al cuadro vizcaíno, que no encontró manera de meterle mano a su rival, por más que Sito planteó varias alternativas, desde una puntual zona presionante 1-3-1 a la alineación simultánea de dos bases y un quinteto con Mumbrú de cuatro. Plaza, sólo en el primer tiempo, ya había empleado en el puesto de ala-pívot a cuatro jugadores: Green, Thomas, Germán y Suárez. Cuando el Bilbao rebajaba el quinteto, no dudó en acabar el partido con Granger y Markovic al alimón, muy atinado el serbio en el lanzamiento. Y así, con el partido bien llevado en todos los sectores sin llegar al máximo nivel de prestaciones, el Unicaja ganó su primer encuentro copero en esta década.

Salvo en un inicio zozobrante que se enderezó con la irrupción en el partido del charrúa no encontró problemas reales el Unicaja, de línea roja. Diríase que tuvo más margen en la victoria que el que será su rival en las semifinales de mañana, el Barcelona, ante el Valencia. Este Granger es desequilibrante. Apareció con el oportunismo de los grandes, con dos triples en sus primeros balones. Y es que el equipo malagueño tardó más de seis minutos en meter su primera canasta que no fuera desde detrás de la línea. Plaza presume del equilibrio a la hora de atacar y 12 de los primeros 14 puntos que metió fueron desde más allá de la línea. Ayer fue importante ese acierto y por ahí se desatascó el ataque malagueño, que logró sortear la intimidación de Latavious Williams, ofrecido repetidamente el pasado verano al Unicaja. Con pasos firmes dominaba al final del primer cuarto (21-17). El segundo cuarto siguió la misma tendencia con el añadido de Kuzminskas, que completó ayer la faena inconclusa de la pasada temporada ante el CAI. Sobrado el lituano, que sacó faltas a Mumbrú y desgastó al alero catalán, capital en la suerte del cuadro vizcaíno. Acabaría con más puntos (15) que minutos en pista (14).

Al descanso dominaba por cuatro puntos aún el Unicaja, pero rezumaba seriedad y solidez, no se veían rendijas por las que se pudiera escapar el partido. El Bilbao hacía daño con Colom y Bertans, pero un 8-0 de parcial del equipo de malagueño tras el paso por el vestuario elevó el diapasón de exigencia para el Bilbao. 49-37 y a partir de ahí a gestionar la ventaja. Apareció Will Thomas, con un movimiento cerca del aro, Caleb Green sacó tres tiros libres, Suárez realizó un trabajo impagable, Stefansson ofreció minutos de mucha calidad, Golubovic no brilló pero defendió como se le pide... En fin, el mecano preciso del Unicaja compareció en punto y hora. El ramalazo de clase de Raúl López puso a cinco puntos al Bilbao. Pero ahí estaba Toolson para aplacar al rival y calentar a la grada.

Un Unicaja de nivel pero con margen acometerá mañana su partido más importante de los últimos seis años. Cada vez más claro que esto no es casualidad. Y que ha vuelto a la élite para quedarse en ella.

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