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El Unicaja quiso más (63-59)

  • El equipo de Repesa da un paso adelante y se lleva con personalidad un duelo trabado y de pocos puntos ante el Bilbao. El Carpena aplaude a sus jugadores por la actitud y el triunfo

La voluntad y las ganas marcan muchas veces quién vence en un partido. Ayer sucedió un buen ejemplo en el Carpena. El Unicaja quiso ganar más que el Bilbao y consiguió el triunfo. Tras pasar muchas fatigas y con un juego que fue de más a menos, pero meritoria victoria del equipo de Repesa, que ayer sí tuvo fortaleza para arrancar un triunfo en un último cuarto igualado. 63-59, suena escueto, pero es muy valioso el impulso en la carrera contrarreloj para acceder al play off por el título, que está caro tras la infame racha de derrotas en enero y primera mitad de febrero. Aún se está a tiempo, pero hay que hilar muy fino.

La voluntad existe y ésa es una grata noticia para el Unicaja, que ayer fue empujado por su público. Oficialmente 4.800 espectadores en las gradas. Pero la comunión fue intensa. Ayer sí detectó el Carpena que hacía falta insuflar energía y los jugadores se hicieron acreedores a ella con su entrega. Energía positiva, ningún murmullo cuando se perdieron 14 puntos de renta o cuando a comienzos del tercer cuarto el Bilbao igualó el encuentro en un pispás. Es el mejor síntoma de que el Unicaja ayer sí combatió hasta el final y sin fisuras mentales, aunque las hubiera en el juego, que fue decreciente tras un notable arranque que permitió mandar desde el principio (21-7 en el primer cuarto).

Ayer el catalizador del  triunfo fue Krunoslav Simon, que puso los cimientos en el primer tiempo y anotó un triple capital en el último minuto para extender de tres a seis puntos la renta. Simon metió al principio y al final. También realizó un buen partido Andy Panko, con una actitud más positiva después del roce del viernes con Jasmin Repesa. Zoran Dragic elevó el nivel defensivo cuando se le requirió, como Fran Vázquez, muy sólido atrás. Y Zoric siempre está. Los bases ayer no estuvieron desbordantes y a Williams se le vio menos individualista y más pendiente de hacer jugar a sus compañeros. Lanzó, y falló, tres triples. Y metió su primer punto a falta de 19 segundos para el final. Pero sus cuatro tiros libres fueron esenciales para amarrar una victoria que, por momentos parecía escaparse.

Y es que el Uxue Bilbao es un señor equipo, por más que ayer no lo pareciera. Es aguerrido y siempre compite, aunque juega mejor al baloncesto de lo que demostrara. Seguramente echara en falta la presencia de Raúl López, tocado y reservado por Katsikaris para un importante duelo de Eurocup mañana en Alemania, que hace mejores a los que le rodean. Sólo cinco jugadores del equipo vizcaíno anotaron ayer puntos, con una bicefalia formada por Mumbrú y Vasileiadis que sumó 34 de los 59 puntos visitantes. Al descanso había llegado el Unicaja con un buen colchón (34-24), pero el griego lo quitó rápido con tres triples al comenzar el tercer cuarto (36-36), lo que obligó a masticar de nuevo el duelo. Espléndida madurez de Vasileiadis, que hace ocho años llegara a Málaga como un proyecto y ahora es una realidad inmensa, lástima que germinara lejos del Unicaja. La apuesta, como con Lorbek, era buena, pero no se le explotó.

Y ahí se movió el partido, con alguna ventaja incluida del Bilbao (44-45), pero con el Unicaja llevando la delantera prácticamente siempre. En un estrecho margen de cinco puntos, pero con fe en lo que se hacía, con esa energía que el público del Carpena valoraba. Repesa prácticamente redujo la rotación interior a tres jugadores y los puntos llegaban con cuentagotas en las dos canastas. Por un momento parecía que aquello lo podían decidir Vasileiadis o Mumbrú. El catalán se enchufó con el paso de los minutos y es muy peligroso cuando entra en combustión. A Vasileiadis le daba más problemas Dragic que otros defensores cajistas, aunque anotó una canasta en rectificado espectacular.  Y así, con tres puntos de ventaja se llegó al último minuto. Y ahí estaba Simon, con esos altibajos que no tapan su clase, para anotar desde la diagonal un triple liberado que le dio el empujón casi definitivo al Unicaja (59-53). Metió sólo un 25% de los que lanzó el equipo malagueño, pero ése entró. El Bilbao prefirió fortificar la zona y concedió muchos tiros.

Mumbrú se resistió, pero en el carrusel final de tiros libres que propuso el Bilbao para recortar distancias Williams, que no es un excelso tirador de libres y que no había anotado ningún punto hasta entonces, mantuvo la sangre fría para meter cuatro lanzamientos y sacar adelante el partido.

El Carpena aplaudió bastante a su equipo, demostrando que no pide demasiado para volcarse. Quizá es la mejor noticia de la matinal de domingo, que aún se cree en que este equipo puede hacer algo de aquí al final de la temporada. Si existe esa fe, mucho mejor para todos.

 

Ficha técnica:

63 - Unicaja (21+13+11+18): Calloway (3), Vidal (8), Simon (17), Zoric (11), Vázquez (6) -cinco inicial-, Panko (11), Dragic (3), Williams (4), Lima (-), Urtasun (-) y Perovic (0).

59 - Uxue Bilbao Basket (7+17+21+14): Zisis (2), Vasileiadis (15), Mumbrú (17), Hervelle (-), Hamilton (12) -cinco inicial-, Rakovic (11), Moerman (-), Grimau (2) y Pilepic (-).

Arbitros: Pérez Pizarro, Guirao y Oyón. Eliminaron por cinco faltas personales a Rakovic (m.40).

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésima tercera jornada de la Liga Endesa disputado en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena ante cerca de cinco mil espectadores.

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