El Valencia encarriló la victoria ante el Espanyol con el 0-2 tras una falta directa, que rebotó en el portero Pau López, aunque sufrió cuando Sergio García acercó a los locales en el minuto 89 (1-2).

Los de Nuno se resarcieron así de su derrota ante el Málaga la pasada jornada, al tiempo que se tomaron la revancha por la eliminación en los octavos de final de la Copa del Rey. Por su parte, los catalanes no brillaron como en enero, pero recuperaron la garra en los compases finales del encuentro y tuvieron opciones de empatar.

En primera parte quedó claro que el Espanyol no ofrecía su mejor versión. Los de Sergio González perdieron la concentración y, poco a poco, la amenaza de Nuno fue tomando forma. Primero, un saque de puerta acabó en las botas de Paco Alcácer, aunque Álvaro borró el peligro. Después, un disparo raso de Rodrigo se estrelló en el poste izquierdo. Eran los mejores momentos del Valencia.

Los visitantes exhibieron su pegada con la mejor ocasión del partido. En el 27, Caicedo burló a tres contrarios y, pese a levantar al estadio con su acción, falló el uno contra uno ante Diego Alves. El portero estiró la mano derecha y evitó una diana cantada.

La cara del anfitrión mejoró según se acababa el primer tiempo, aunque sin éxito. El choque estaba en tablas, con idas y venidas y mucha tensión en las jugadas a balón parado. El Valencia se vio obligado a sacar más pólvora en la reanudación y Alcácer se fue lesionado, por lo que ingresó en el campo Negredo.

En el 62, Piatti firmó el 0-1. El argentino rozó con la punta de su bota un centro muy escorado de Gayá, que se adueñó del balón tras varias imprecisiones. Con el tanto en contra, aumentaron los riesgos de los blanquiazules. El Valencia, por su parte, no se conformaba con esta ventaja e intentaba aprovechar el desconcierto y las urgencias de los locales.

Los de Nuno se asentaron en el su campo y el Espanyol optó por lanzar todos su recursos contra Alves. Stuani tuvo el empate tras una triangulación con Lucas Vázquez y Sergio García, pero Gayá, bajo palos, lo evitó.

Parejo, en el 85, sentenció el choque de falta directa. Pau López se estiró con criterio, aunque con mala fortuna. Su rechace fue al poste, rebotó de nuevo contra el meta y acabó dentro. Sólo faltaba el tanto de Sergio García, que robó la posesión a Mustafi y asestó un latigazo imparable a cuatro minutos de tiempo añadido.