Tour de Francia

Voeckler gana la primera etapa alpina

  • El ciclista francés de Europcar se impone en la décima etapa del Tour donde el mejor español fue Luis León Sánchez de Rabobank.

El francés Thomas Voeckler (Europcar) ganó este miércoles, la décima etapa del Tour 2012, la primera alpina, en la que el británico Bradley Wiggings (Sky) no tuvo grandes dificultades para mantener el liderato. El alsaciano, que suma cuatro victorias de etapa en el Tour, ganó en la meta de Bellegarde sur Valserine a sus compañeros de escapada el italiano Michele Scarponi (Lampre), el alemán Jens Voigt (RadioShack), el español Luis León Sánchez (Rabobank) y el belga Dries Devenyns (Omega), que procedían de una fuga de veinticinco ciclistas.

Los favoritos llegaron juntos a 3:16, por lo que no hubo cambios en la general y Wiggins superó la prueba. En vísperas de la jornada reina de los Alpes el australiano Cadel Evans (BMC) le sigue a 1:53 y Chris Froome (Sky) a 2:07. El italiano Vincenzo Nibali (Liquigas), que probó al líder en la bajada del Grand Colombier sigue al acecho del podio, a 2:23. El primer español es Haimar Zubeldia (Radioshack), sexto a 3:19.

La jornada se empezó a decidir en la subida al Grand Colombier, donde el primer ataque entre los fugados fue del español Luisle aunque Scarponi, Voeckler y Devenyns se unieron a él. Por detrás, el Sky puso un ritmo constante desde el inicio de la ascensión. El único de los favoritos que lo intentó fue el belga Jurgen Van den Broeck (Lotto) que por cuatro veces probó hasta que en la última, ya próxima a la cima, se fue con unos metros.

La escapada de turno fue numerosa, con 25 corredores, propiciada por el eslovaco y maillot verde Peter Sagan. El grupo incluía, entre otros, nombres que han vestido de amarillo en el Tour, como Zabriskie, Millar, Voeckler y Voigt, además de Scarponi, el mejor colocado en la general a 10 minutos y los españoles Luis León Sánchez y Egoi Martínez.

En el grupo de favoritos el Sky marcó el ritmo subiendo y nadie se movió a excepción de tres acelerones del belga Vandenbroucke, que de nada sirvieron. En el descenso cambió el decorado con la iniciativa del italiano Vincenzo Nibali, que se lanzó a tumba abierta y abrió hueco. Nadie arriesgó para ponerse a rueda del siciliano, quien se unió en plena bajada a su compañero Sagan, que esperaba intercalado a su líder. El eslovaco le dio los relevos que pudo hasta que reventó, por lo que Nibali atacó sin ayuda el comienzo del Col de Richemond, última dificultad del día, por donde se acercaba el tren del Sky a apenas 40 segundos.

La maniobra de Nibali no supuso botín alguno. A mitad de subida al Richemond fue alcanzado por el grupo principal, pero puso al descubierto el punto flaco de Wiggins: los descensos vertiginosos, donde el inglés tira de freno más que su rival y no se siente cómodo. De nuevo reunida la alta jerarquía de la carrera, que coronó el Richemond a 3 minutos del cuarteto que mantenía la fuga, a 20 kilómetros, casi todos en bajada hasta la inédita meta de Bellegarde-Sur-Valserine, al pie de los Montes del Jura y puerta de los Alpes.

El triunfo de etapa lo iban a gestionar 5 corredores, ya que se unió el veterano Jens Voigt. Guerra táctica en espera de que cada uno pusiera su carta encima de la mesa. Devenyns se lanzó a 3 kilómetros ante la mirada de sus compañeros de viaje, pero Voeckler se dio cuenta de que si no reaccionaba rápido se le esfumaba la etapa. El francés se fue a por él en un tramo final duro, ascendente, engañoso, y atacó con decisión, ajeno a sus dolores en la rodilla para saludar su nueva victoria en el Tour. Llega la etapa reina de los Alpes con una jornada que incluye cuatro grandes puertos en el trayecto de 148 kilómetros entre Albertville y La Toussuire. Esperan los Cols de La Madeleine, la Croix de Fer, el Moliard antes de la subida final con 18 kilómetros al 6,1%.

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