María Laura Aráoz (Dpa) / berlín

Ya maneja un par de palabras en alemán y está encantado con las famosas salchichas con salsa de curry: Raúl, que hoy debuta en la Bundelisga -Felix Magath así lo ha asegurado-, se aclimata a su nueva vida en Alemania en medio de inmensas expectativas.

Hace unas pocas semanas que desembarcó en tierras germanas para incorporarse al Schalke y ser la sensación de la temporada. Decidió no vivir en Gelsenkirchen, donde está asentado el tradicional club germano, sino en la vecina Düsseldorf, ciudad de ambiente mundano a orillas del Rin y sede de la mayor feria de moda del país.

Allí reside de forma provisional en el hotel Breidenbacher Hof hasta encontrar una vivienda adecuada para su numerosa familia, integrada por su esposa Mamen y los hijos Jorge (10 años), Hugo (7), los gemelos Héctor y Mateo (4) y la pequeña María, de sólo siete meses. Según la prensa local, el jugador enviará a sus hijos al colegio internacional de la ciudad, en el que las clases se imparten en inglés.

En el barrio de Oberkassel, selecto distrito de Düsseldorf, donde Raúl busca casa, viven ya su entrenador en el Schalke, Felix Magath, así como el director deportivo del vecino Bayer Leverkusen y ex seleccionador germano, Rudi Völler. También ahí busca nuevo domicilio el internacional Michael Ballack, que regresó al Leverkusen procedente del Chelsea.

En cuanto a las costumbres, el mayor cambio que notaron el futbolista y su familia fue el de los horarios de comida, pero se adaptaron inmediatamente, según afirmó el propio Raúl al diario deportivo Kicker. "También las cosas en el supermercado tienen a veces un aspecto diferente que en España, pero cuando se las abre tienen lo mismo dentro. De todos maneras, me gusta adaptarme a lo nuevo", reconoció.

El club alemán recibió al astro español con los brazos abiertos y sus compañeros de equipo casi le hacen reverencias. Su socio en la delantera Alexander Baumjohann describió la situación en el vestuario: "Nuestros jugadores jóvenes ni se hubieran atrevido a soñar con que alguna vez jugarían con él. En lo que a mí respecta, sólo lo conozco por la Playstation".

También la afición del Schalke, conocida por una pasión que ha llevado a más de uno a casarse en la capilla instalada en el estadio Veltins Arena, está entusiasmada con la llegada del madrileño. La camiseta azul con el número siete, el que siempre llevó en el Real Madrid, va camino de convertirse en el mayor éxito de ventas del verano.

En los entrenamientos, el español ya notó la importancia del trabajo físico en Alemania y también practicó ejercicios con los balones gigantes utilizados en la fisioterapia y que tanto gustan al técnico Magath. "Es algo completamente diferente. En España no conocía esta forma de entrenamiento. Pero noto que me ayuda a mejorar mucho la forma física", confesó.

Raúl ha caído de pie en el Schalke, y no sólo por los dos goles que anotó en un amistoso contra el Bayern Múnich, sino porque sabe como todo el mundo en Gelsenkirchen que hay un objetivo siempre prioritario: vencer al eterno rival y vecino, el Borussia Dortmund.

Sobre este objetivo también se pronunció el ex del Real Madrid que tiene claro que tienen que ganar "sí o sí" al Borussia Dortmund. "Es la gran alegría que les queremos dar a los aficionados y, naturalmente, también estar por encima de ellos en la tabla al final de la temporada".

De conseguir éste y otros éxitos, el monumento vivo del fútbol español también podría convertirse en leyenda en Alemania.