Alejandro Davidovich, anatomía de una ausencia

Alejandro Davidovich Fokina (La Cala del Moral, 1999) cerró la temporada 2025, con diferencia la mejor de su carrera, de manera agridulce. En su mejor puesto en el ranking ATP, el 14 del mundo, por primera vez en el Top 20. Ha roto algunos muros mentales, aunque le faltó el de levantar por primera vez un trofeo después de ceder en las finales de Acapulco, Delray Beach, Washington y Basilea. Y ha jugado mucho y muy bien al tenis, con triunfos de prestigio. De hecho, tras Alcaraz y Sinner ha sido el jugador que más victorias ha conseguido ante jugadores del Top 20, lo que le permitió ascender en el ranking como nunca antes, con una buena perspectiva porque no defiende muchos puntos en el Open de Australia, primer grand slam.

El reverso de la moneda es que Davidovich, pese a su alto ranking y ser la segunda mejor raqueta española en la actualidad, no estará en Bolonia la próxima semana jugando las finales de la Copa Davis representando a España. El capitán, David Ferrer, le dejó fuera de los cinco componentes del equipo. “Alejandro es un jugadorazo, lleva un grandísimo año y yo siempre he querido que jugase para España. Es el 14 del mundo y es un jugador que debe ser importante para nosotros, pero él se descarta para estar en Bolonia, cosa que acepto”, explicaba en la Cadena Cope el que fuera gran tenista alicantino, al que Davidovich admiraba mucho en su formación y con el que le unía una gran relación cuando coincidieron en sus primeros compases en el circuito, que fueron los últimos de Ferrer.

“Yo intento guardarme un quinto para esperar como termina Álex, sabiendo que tenía un calendario apretado”, explicaba Ferru:“Entiendo que tiene su calendario y toma sus propias decisiones. Pero yo como capitán también tengo que tomarlas para que no me vuelva a pasar de quedarme con cuatro jugadores. Ya lo pasamos mal en Marbella y tanto Pedro [Martínez] como Jaume [Munar] se merecían estar en esa lista por lo que han hecho. Porque si estamos en las finales, en gran parte, ha sido por ellos”. Davidovich renunció, después de dar el sí, a las eliminatorias contra Suiza y Dinamarca (disputada en Marbella en septiembre) por cansancio físico y mental. En la Federación ya no gustó que no estuviera en los Juegos Olímpicos de París y que el lunes siguiente estuviera compitiendo en Estados Unidos en el circuito. Y la última presencia de Davidovich con el equipo español se remonta a 2023. No fue muy productiva, España cayó eliminada y no pudo jugar en Málaga en la fase anterior. Tampoco estuvo en 2024, tras una mala segunda mitad de año, en la despedida de Rafa Nadal. Ahora Davidovich sí quería rematar el año jugando para España, pero quería una seguridad que Ferrer no le dio por los precedentes.

“Ha sido un año en el que he aprendido a conocerme más, a entender cuándo apretar y cuándo parar”, decía en su última comparecencia tras ser eliminado en París:“Termino feliz, porque he sentido que el nivel estaba ahí cada semana. El objetivo era ser regular y lo hemos conseguido. Estoy con ganas de empezar otra vez, de seguir mejorando y de ver hasta dónde puedo llegar”. Las cifras lo avalan: más victorias que nunca en una sola temporada (44), mejor ranking histórico (14) y una presencia constante en las rondas definitivas. Pero no bastó para ir a Bolonia.