Guardiola lo sabe bien: su colega José Mourinho dio ya dos veces con la tecla y demostró que es posible frenar al argentino Lionel Messi. El técnico del Barcelona sabe también que no se puede permitir un tercer éxito del portugués.
Real Madrid y Barcelona vivirán por la ida de las semifinales de la Liga de Campeones el tercer clásico en diez días, una nueva batalla táctica entre los estrategas de los dos equipos más poderosos de la actualidad. Si por algo se caracteriza es por preparar al mínimo detalle cada partido trascendente. Y ante el Barcelona buena parte de esos detalles pasan por Messi.
El técnico blanco consiguió desactivar en los dos clásicos anteriores un arma tan letal como el delantero argentino, quien se marchó de sendas citas con un solo gol, y de penalti. Todo un dato: ese tanto es el único que Messi le ha hecho a un equipo dirigido por el portugués. "Mourinho le tiene tomada la medida a Messi. Ahora todo el barcelonismo confía en una gran eliminatoria del argentino para meterse de nuevo en la final. No será fácil, ya que los partidos frente a los equipos de Mourinho suelen ser muy complicados", suscribió hoy el diario "Marca". No es que el argentino estuviera lejos de su mejor nivel en la final de Copa. Nunca eludió la responsabilidad de dirigir los ataques de su equipo y tuvo oportunidades notables de batir a Iker Casillas. Pero no fue un Messi estelar.
Mourinho encontró el método que no hallaron predecesores como Bernd Schuster, Juande Ramos o Manuel Pellegrini. No buscó una marca individual, ni "turnos" para golpear al argentino cada vez que éste tuviera el balón, como hicieron otros entrenadores. Más que eso, ideó un plan colectivo.
El técnico del Real Madrid propuso un acoso grupal cada vez que Messi tomara el balón. Así, en la cita de la Copa no menos de tres hombres se iban hacia el argentino cada vez que éste recibía. Y si superaba esa línea, le esperaba el libre en defensa. Entonces, el Barcelona no supo entender el valor de la asociación. Messi es más Messi cuando encuentra compañeros que le abren espacios por delante y que se ofrecen para asociarse.
Eso es lo que debe resolver Guardiola. Por ello, en Barcelona se especula con la posibilidad de que incorpore a Daniel Alves a la medular para crear superioridad en esa zona del campo, algo que le faltó en la Copa. Otra opción es añadir más centrocampistas naturales con la presencia de Seydou Keita y con Andrés Iniesta en el lugar del delantero Pedro.
Mientras, el propio Messi se prepara para intentar romper una curiosa estadística: no ha marcado un gol en los seis partidos de semifinales de la Liga de Campeones que ha disputado.
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