L el recorrido

A la antigua usanza

  • La Vuelta mira atrás con un trazado que recuerda a los que se veían cuando la televisión era en blanco y negro · Entre las seis llegadas en alto destacan los Lagos de Covadonga y la inédita Bola del Mundo

Una carretera estrecha, medio asfaltada, casi de tierra y con una pendiente media del 12 por ciento en sus tres kilómetros y zonas que superan el 20 por ciento, más propio de épocas en las que el ciclismo se veía en blanco y negro, que llega a la inédita cima conocida como La Bola del Mundo puede marcar la 65 edición de la Vuelta. Una llegada en alto, el penúltimo día, que, en palabras de Gómez Marchante, "por ahí no pasan ni las cabras". Este corto puerto, de 3,5 kilómetros que prolonga el de Navacerrada, salvando 1.350 metros de desnivel hasta el antiguo centro emisor de RTVE, está marcado en rojo dentro del itinerario de la ronda española de este año, aunque está demasiado lejos en el tiempo y puede que para entonces la carrera esté ya decidida.

La organización sueña con lo contrario. Con un mano a mano entre escaladores, a ser posible los españoles, que reviente las audiencias y vuelva a enganchar a una afición algo desencantada con un regreso al ciclismo del pasado. El de la lucha contra el asfalto, y no el de los tramposos que son más noticia por sus escarceos con el dopaje que por sus triunfos sobre una bicicleta.

Pero la Vuelta España 2010 no se reduce sólo a esta última ascensión. Hay más, y mucho picando hacia arriba: otras cinco llegadas en alto, con la novedad de Cotobello, una crono individual de 42 kilómetros y trampas cerca de meta en algunas etapas que prometen favorecer el espectáculo.

La prueba se inicia este año, y por primera vez en su historia, en Sevilla, con una crono por equipos nocturna, de 16,5 kilómetros por las calles de la ciudad hispalense, que toma así el relevo a la localidad holandesa de Assen, en cuyo mítico circuito de motos partió el año pasado. Los primeros días, la serpiente multiculor transitará por suelo andaluz, donde los corredores vivirán ya el primer contacto serio con la montaña. Será en la tercera etapa (Marbella-Málaga), en la que se ascenderá dos veces el Puerto del León, de primera categoría. Asimismo, habrá dos jornadas en Murcia, en honor al último ganador de la Vuelta, Alejandro Valverde, y ausente en este año, antes de encarar la subida al monte alicantino del Xorret del Catí, de donde el murciano salió como líder en 2009.

Con el traslado a Tarragona llegará el momento de los escaladores, que disfrutarán de dos etapas en los Pirineos. Pero hay más montaña lejos de la cordillera fronteriza. La Vuelta coronará de nuevo los Lagos de Covadonga, de categoría especial, después de un trienio de ausencia, y al día siguiente, sin tiempo para respirar y por ver primera, el puerto asturiano de Cotobello, cuyo apellido, como cima Chechu Rubiera, hace honor al ciclista que aconsejó a la organización su inclusión en la Vuelta. Por desgracia, el gijonés no será protagonista porque su equipo, el Radioshack, no ha sido invitado a la prueba, aunque su cima reserva una página en la historia al ganador.

Se trata de un lugar propicio para escaladores, con rampas de hasta el 12% y una media del 8,1, que se coronará tras subir otros dos puertos de primera, como son el Alto de San Lorenzo y el Puerto de la Cobertoria, por lo que tras esta jornada los ciclistas disfrutarán de un merecido descanso para preparar la contrarreloj de Peñafiel (Valladolid), de 46 kilómetros, a cuatro días del final.

Para entonces sólo quedará la penúltima entrega, en la que puede ser considerada la etapa reina, que engloba dos puertos de primera categoría (Alto del León y el de Navacerrada), para tocar meta en la citada Bola del Mundo, de categoría especial. Se trata éste de un lugar particularmente atractivo, ya que consta de auténticas paredes de hasta el 23 por ciento y que era uno de los sueños, junto con la subida al Teide, del fallecido director de la Vuelta, Enrique Franco.

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