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Contra las apariencias

  • Pese a la impresión de que el Málaga baja el pistón en las segundas partes, ha marcado ahí el doble de goles (22) que en las primeras (11) · 18 de los 33 tantos, en la media hora final

Un somero análisis numérico del Málaga ofrece datos curiosos. 8-2-2 en casa y 2-2-8 fuera. El capicúa lo forman los partidos ganados, empatados y perdidos, respectivamente. Se detecta la fragilidad fuera de casa y la fortaleza en La Rosaleda. El tercer mejor equipo en casa (26 puntos), el tercer peor fuera (8). Si se apuntala con la misma fiabilidad que hasta ahora en Málaga, teniendo en cuenta que ya pasaron los transatlánticos, que dejaron las dos únicas derrotas, cabe pensar que una leve mejoría a domicilio debe dejar la meta del acceso a Europa a muy pocos metros. Claro, todo es teoría.

Los números, sin embargo, sí desmienten otras creencias generalizadas sobre el equipo. "El Málaga dura una hora". "El equipo se viene abajo físicamente, no aguanta". "Pierde el control en las segundas partes". Son frases que se oyen en La Rosaleda, en cualquier tertulia mediática o de bar.

Existe esa percepción, que el combustible en los pulmones y piernas blanquiazules no duran demasiado. El Málaga ha marcado 33 goles esta temporada. Siguen los números curiosos, 11 en la primera mitad y el doble, 22, en la segunda. Afinando aún más. El Málaga ha marcado más de la mitad de sus tantos (18) en la última media hora de los encuentros. Nueve del minuto 61 al 75 y otros tantos del 76 hasta el final. Ampliando, cinco del 1 al 15 y tres del 16 al 30 y del 31 al 45. Además, 4 en el primer cuarto de hora de la segunda mitad. O sea, que esa media hora final en la que se percibe desfonde físico no es tal con números en la mano. Cierto es que la cifra puede estar algo inflada, por ejemplo, con los tres goles de los últimos 15 minutos al Zaragoza. Y que se han ganado (Getafe) y perdido (Real Sociedad) partidos en este tramo de los encuentros.

A la inversa, el Málaga recibe también menos goles en el segundo tiempo (17) que en el primero (19). Ese averaje, por cierto (33-36), debería ser un factor a tener en cuenta en partidos que estén ya decididos. Dada la tremenda igualdad existente entre los equipos que pelean por Europa (el 17º está colocado a siete puntos, ojo), un averaje general puede decantar hacia uno u otro lado. Por ejemplo, con el Sevilla está empatado (2-1 tanto en el Pizjuán como en La Rosaleda) el particular y parece que el aire ha cambiado con Míchel y será un rival directo.

Los números no siempre ratifican las sensaciones. Ocurre en este caso. El Málaga marca el dobles de veces en la segunda mitad que en la primera. Una percepción curiosa.

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