A saber qué pasará por la cabeza de Felipe Caicedo cuando hoy se siente en el palco para ver a su nuevo equipo de alquiler. El Basilea lo sacó de Ecuador para hacer buenas sus condiciones en Europa, el Manchester City lo convirtió en el fichaje más caro de la historia de su país y en el Sporting se diluyó su progresión. Viene con ganas de reivindicarse y acabar con la negra historia de sus compatriotas en la Liga. Deseará que gane el Málaga hoy para abandonar el fango de la zona de descenso y poder aportar su aire fresco en una dinámica más positiva. Es decir, que el nuevo delantero de Muñiz no lo verá de una manera muy distinta al aficionado de a pie de La Rosaleda.

Son ya siete los partidos que hace que el Málaga no cae. Pero sigue estando en zona de descenso. Es culpa de seis empates, que también tienen aún al seguidor medio desencantado. Sigue siendo muy vulnerable el cuadro blanquiazul, pero ha mejorado la producción ofensiva y eso es lo que está generando la resurrección del equipo.

Hoy, no obstante, se abre un magnífico escenario para poner pies en polvorosa. Un triunfo equivale al abandono de las tres últimas posiciones, ya no sólo por los resultados producidos ayer, sino porque en general la jornada ha querido que los conjuntos en peligro tengan por delante difíciles encuentros. Que nadie se extrañe si el Málaga acaba el fin de semana cerca del décimo puesto, pero volver a jugar a cuentos de lechera esta temporada es muy aventurado.

Después del paréntesis de la Copa, cuyo resultado deja a Muñiz la opción de registrar su mejor racha como invicto en Málaga (diez, ya ha igualado la anterior, cifrada en un choque menos) se acaba el carrusel de cambios. El retorno de Jesús Gámez al lateral derecho tras su obligado parón por tarjetas en Gijón se atisba como único cambio si es que las molestias de Mtiliga, Juanito o Duda no van a más. La continuidad se antoja clave para confirmar el tercer triunfo: Duda parece haberla encontrado ya en las últimas jornadas, Fernando y su olfato goleador están rejuveneciendo, Forestieri marcó ante el Mallorca y dio lo mejor de sí en Gijón y Weligton empieza a renacer de sus cenizas. Argumentos que deben pesar más ante un Athletic que dobla en puntos al Málaga.