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El camino para regresar

  • El Unicaja se despide temporalmente de la Euroliga tras 15 años en ella con un triunfo ante un potencial campeón Cooley se reivindica una vez más con otra exhibición y se va vitoreado

El Unicaja jugó su último partido en la Euroliga hasta nueva orden. Colectivamente se revistió al partido de una suerte de velatorio con algún tinte apocalíptico. Se entiende la nostalgia por perder 15 años seguidos entre los mejores del continente y 11 entre los 16 mejores. Pero en los despachos no se pudo defender lo que en la pista no se consiguió. Sobraba por motivos políticos un español, para dar variedad y más aliciente a la ACB, y el más débil en la cancha fue el Unicaja. Es un punto y aparte en la trayectoria del club, pero no se acaba el mundo. El único motivo para pensarlo sería que la Caja dijera basta. No hay indicios de que vaya a ocurrir.

El Unicaja será la próxima campaña de Eurocup y no hay que lamerse las heridas, sino acabar bien esta campaña y planificar ya el regreso a la Euroliga. Habrá una lucha anual por conseguirlo y eso debe reactivar, no desmotivar. Habrá también opciones reales de ganar un título en una competición mejorada, con buen nivel. No será la Euroliga, pero tampoco una birria. Si Plaza está realmente motivado con lo que vendrá, objetivos si cabe más concretos, debe ser el entrenador. Si no, arreglar su salida. Tampoco abundan los clubes mejores que el Unicaja en Europa. Y acertar más en la composición de la plantilla. Por separado son buenos jugadores y lo demostrarán allá donde vayan. Juntos no se ha conseguido la química necesaria.

También se debe hacer un ejercicio de reflexión colectivo entre la afición. A los 5.000 fieles que les gusta y han acudido regularmente a la Euroliga, la admiración y el reconocimiento. Al resto, no saben lo que se han perdido de 2001 a 2016. Y no hay muchos motivos más para rasgarse la ropa. El futuro sigue y el Fenerbahce volverá algún día.

Qué mejor manera que despedirse que con una victoria (71-67) ante el señor de la Euroliga, Zeljko Obradovic, y su gran equipo, algo venido a menos sin el dominante pívot checo Jan Vesely, que tiene una eliminatoria tremenda en perspectiva ante el Real Madrid. Hasta el inefable Luigi Lamonica, al que siempre le gustó venir a Málaga, se apuntó a la fiesta.

El Unicaja salió con ganas de agradar. Nedovic soltó una de esas ráfagas que hace pensar en aquella frase del "despilfarro de talento" que dijo Héctor Cúper de Adrian Illie. Y a rueda del serbio, en un partido de guante blanco y de tono relajado, se fueron acumulando buenas sensaciones, se bordeó la renta de los 10 puntos (34-25) y la alcanzó después (37-27). No había mucha respuesta del Fenerbahce, el equipo que más partidos ha ganado en esta Euroliga, nada menos que 19. Con la de ayer, cinco derrotas. Lamonica invalidó por estar fuera de tiempo un triple del talentoso Bogdanovic al límite del primer tiempo y el Unicaja se marchó con 11 puntos de renta (39-28) al vestuario con Cooley percutiendo y dominando.

Hasta por 16 puntos llegó a mandar el Unicaja tras una antideportiva sobre Nedovic (46-36). Pero el joven Arna, una de las perlas turcas que fermenta el mago de Cacak, el Fenerbahce endosó un parcial de 0-11 en un parpadeo (46-41). Plaza recurrió a Thomas-Cooley, su pareja de cabecera interior en la mejoría del equipo. Y los dos estabilizaron la diferencia en 10 puntos al final del tercer cuarto (58-48). Enorme Cooley, dominador y convertido en ídolo del Carpena, que acabó haciéndole reverencias tras su enésimo rebote de ataque. El penúltimo, porque siempre puede haber otro.

Y en el cuarto final Obradovic no tiró de toda su artillería, sino que quiso ganar con los que necesitan minutos y confianza. El Unicaja tenía más deseo y fuego competitivo. Y venció por derecho. 35.000 euros más y la imagen del camino para regresar a la mejor competición del continente. Hasta Obradovic lo dice.

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